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Premio Nobel de Medicina 2010

Considerado uno de los padres de la fertilización asistida, el fisiólogo británico Robert Edwards, de 85 años de edad, acaba de ganar el Premio Nobel de Medicina 2010. Edwards sentó las bases que el 25 de julio de 1978 hicieron posible el nacimiento de  Louise Brown, primera “bebe de probeta”. En su época este trabajo generó un enorme revuelo en los ambientes católicos más recalcitrantes, ya que iba contra el espíritu de la “Humanae Vitae” de Pablo VI. Se estima que más 4 millones de niños han nacido gracias a este avance.

Nuevamente nos encontramos en esa época del año en que se entrega el mayor galardón al que puede aspirar un científico: los Premios Nobel. Acaba de conocerse el afortunado ganador del correspondiente a Medicina, y se trata del fisiólogo británico Robert Edwards, quien a los 85 años embolsará -además de los laureles correspondientes- un premio en efectivo de un millón y medio de dólares.

El trabajo de Edwards se relaciona con la fertilización “in vitro, y junto a su colega Patrick Steptoe (fallecido hace 20 años) hicieron posible por primera vez en 1977 la concepción humana fuera del cuerpo. Para ello, procedieron a extraer el óvulo de una mujer que había sufrido una lesión en sus trompas de Falopio, y lo fertilizaron con esperma de su esposo en una probeta. El embrión resultante fue implantado en útero de la mujer (que funcionaba perfectamente) y nueve meses más tarde, el 25 de julio de 1978, el mundo asistió asombrado al nacimiento de Louise Brown. Bautizada por la prensa como “el primer bebe de probeta”, Louise se convirtió en la primera de una verdadera legión de niños que lograron ser concebidos gracias a este sistema. Millones de parejas consiguieron alcanzar el sueño de ser padres a partir del trabajo de Edwards. En aquella época la técnica de fecundación desarrollada por este científico desató una enorme controversia, sobre todo en algunos fieles de la Iglesia Católica que veían en ella una “violación” a un principio enunciado por  Pablo VI conocido como “Humanae Vitae”. Fue Juan Pablo I quién trajo tranquilidad a los fieles al pronunciar la histórica frase “Siguiendo el ejemplo de Dios, que quiere y ama la vida humana, yo también envío mis mejores deseos para el bebé. En cuanto a los padres, no tengo derecho de juzgarlos; subjetivamente, si actuaron con buenas intenciones y de buena fe, pueden incluso tener un gran mérito ante Dios por lo que han decidido y pidieron a los médicos en hacer”. Treinta años más tarde, la fecundación in vitro constituye una forma de superar la infertilidad utilizada sin prejuicios a lo largo y a lo ancho del mundo.

A pesar de haber recibido innumerables galardones durante más de tres décadas, Edwards nunca había logrado acceder al Nobel. Patrick Steptoe no compartirá el galardón con su colega, ya que este es un premio que no se entrega póstumamente. El mismo Edwards tampoco se encuentra muy bien de salud, y al momento de escribir estas lineas aún no había sido notificado de las buenas nuevas en forma directa por los organizadores, pero su esposa ha dejado bien en claro que el anciano científico está “encantado con la noticia”. La entrega del premio está prevista para el 10 de diciembre, coincidiendo con el aniversario de la muerte de Alfred Nobel, el fundador de los galardones. Esperemos que para esa fecha Robert Edwards se encuentre mejor y pueda asistir personalmente a retirar su premio.

Escrito por Ariel Palazzesi

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