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Retrosoftware: Word 1.0, la primera aventura de Microsoft en procesadores de texto

Una semilla que tardó años en germinar

Word 1.0

Previamente hablamos sobre el procesador de texto WordStar, y su dominio del mercado a principios de los ’80. Una vez confirmada la utilidad de este tipo de herramientas, varias compañías buscaron quedarse con una porción del pastel, y como no podía ser de otra manera, Microsoft fue parte de esa competencia. El primer cañonazo de Bellevue (aún no era Redmond) se llamó Word, y para su desarrollo, Bill Gates se dirigió al manantial de las aplicaciones gráficas, Xerox PARC.


En otras palabras, Gates contrató a Charles Simonyi y Richard Brodie, dos de las mentes maestras de Xerox que trabajaron en el software Bravo para el ordenador Xerox Alto en 1974. Bravo era un «programa de preparación de documentos», y el primero de su clase en implementar lo que hoy conocemos como sistema WYSIWYG, «Lo que ves es lo que obtienes». El futuro se cocinaba en Xerox PARC, y el Alto, como sistema de investigación y desarrollo, nos enseñó todo el potencial de las aplicaciones gráficas.



Bravo dio lugar a su heredero Gypsy, pero ambos se mantuvieron relativamente al margen de la evolución natural de los procesadores «hogareños» como Electric Pencil. Después de todo, estaban destinados a plataformas completamente diferentes, sin embargo, el genio del WYSIWYG ya se había escapado de la lámpara. WordStar seguía esa filosofía (hasta cierto punto), y la única opción para Microsoft era entrar al mismo ring. ¿El resultado? Word 1.0.


Word 1.0: Un procesador de texto, un ratón, una idea

¡Shots fired!

La primera versión llegó a las estanterías en octubre de 1983 bajo el nombre Multi-Tool Word, diseñada específicamente para sistemas Xenix, pero el port compatible con MS-DOS no tardó demasiado en aparecer. Microsoft había decidido adoptar una estrategia doble para la promoción de Word. Por un lado, el objetivo era atacar a WordStar y a su soporte WYSIWYG limitado: Las letras en pantalla eran negritas, cursivas y subrayadas, en vez de quedar atrapadas entre llaves especiales. Y por el otro, Word contaba con soporte de ratón, un «pequeño bicho» que acompañaba al software para ayudarnos a copiar, mover y editar texto más rápido.


El primero de todos
Punto a favor para Word 1.0: Su WYSIWYG era más completo

Pero más allá de estas aparentes ventajas, las ediciones de Word bajo DOS nunca ganaron tracción, especialmente la primera. Su interfaz era muy diferente a la de WordStar y el resto de sus competidores. Algunas decisiones de diseño no tenían mucho sentido, por ejemplo, esconder la opción para guardar documentos en un menú llamado Transfer. Y la documentación oficial no hacía las cosas más claras: El manual queda a las puertas de las 450 páginas, aún más grande que el de WordStar. El uso del ratón brindaba una experiencia general mucho más fluida y dinámica, pero no debemos olvidar que se trataba de un concepto nuevo para los usuarios en 1983.


Word 1.0 no es imposible con teclado… pero el ratón venía en el paquete por una razón

La piratería fue un factor muy importante en la popularidad de WordStar, pero Microsoft llegó a límites increíbles para limitar la proliferación de copias ilegales de Word. El artículo del portal ToastyTech dedicado a Word 1.x posee todo un capítulo enfocado en las protecciones anticopia, incluyendo un mecanismo que limitaba las instalaciones en discos duros a una por set de diskettes. Si el disco duro se dañaba y el usuario no tenía respaldos, la única solución era comprar otra copia de Word.


¿«Ventanas»? Supongo que podemos llamarlas así…

Aún con todas estas dificultades, Microsoft nunca bajó los brazos, y se descubrió a sí mismo desarrollando cuatro líneas diferentes de Word: La original para MS-DOS, otra para el Apple Macintosh, otra compatible con el «nuevo» Microsoft Windows, y un build especial destinado a sistemas Atari ST, con el nombre alternativo Microsoft Write, que jamás recibió un update. La unificación de los números de versión llegó en 1993, cuando Microsoft lanzó Word 6.0 para DOS, Word 6.0 para Mac (toda una pesadilla al parecer, puedes leer un excelente artículo sobre sus problemas de desarrollo aquí), y Word 6.0 para Windows.


Word 1.x en el Atari ST, llamado Microsoft Write
Word 5.1a para Mac, la mejor versión en ese sistema según los usuarios

«¿Y si lo quiero en Windows?»

Hoy tengo una alternativa a esa pregunta: «¿Y si lo quiero gratis en Windows?»

La primera versión de Word compatible con Windows costaba 498 dólares en 1989, casi 1.200 dólares ajustados por inflación. Hoy, lo cierto es que Word está a un par de clics de distancia, y sólo necesitas una cuenta compatible de Microsoft. Todos los documentos se guardan en su nube, pero el sistema nos permite descargar copias locales para continuar con su edición offline, sin mayores restricciones. Otra posibilidad es la de utilizar los builds móviles compatibles con iOS y Android, aunque la idea de escribir en un procesador de texto con una pantalla táctil es un poco extraña. Finalmente, el programa Office Insider habilita el acceso al paquete completo, siempre y cuando aceptes versiones de desarrollo.


Word tiene versión gratis… en línea

En resumen, el camino de Word ha sido muy largo, comenzando como un nuevo competidor con una crisis de identidad, hasta transformarse en un estándar de facto adoptado por cientos de millones de usuarios. ¿Acaso el futuro de Word es una conversión definitiva hacia el software como servicio, o seguiremos teniendo builds independientes y locales? Todo parece indicar que sucederá lo primero.


Escrito por Lisandro Pardo

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