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Spaun: El cerebro simulado más complejo (vídeo)

Los cerebros y los ordenadores se están acercando cada vez más. La informática cognitiva y el desarrollo de sistemas inspirados en el cerebro humano están dando lugar a proyectos cada vez más numerosos y avanzados. Recientemente exploramos lo que IBM y DARPA habían logrado hasta ahora con el proyecto SyNAPSE, sin embargo, esta vez viajamos a Canadá, más específicamente la Universidad de Waterloo, donde se ha desarrollado a Spaun, una simulación cerebral tan compleja que puede reconocer números, recordarlos, e incluso escribirlos controlando un brazo virtual.

En más de una ocasión he escuchado que el mejor ordenador lo tenemos entre las orejas. Obviamente, esto puede generar una gran cantidad de bromas sobre la forma en que lo usamos, pero toda una legión de ingenieros y expertos en neurociencia se están tomando muy en serio a esa frase. Uno de los términos oficiales es “tecnología neuromórfica”, o directamente, hacer una mímica del cerebro. En los últimos tiempos se han multiplicado las referencias a la simulación cerebral, y también ha habido un poco de espacio para el escándalo. Pero esta vez, Chris Eliasmith de la Universidad de Waterloo ha presentado a Spaun, siglas para “Semantic Pointer Architecture Unified Network”, que probablemente sea la simulación cerebral más compleja hecha hasta la fecha.

Las neuronas artificiales de Spaun se encargan de extraer datos visuales, tratando de “interpretar” los patrones que detectan. A partir de esa misma información visual, el programa redirige datos a secciones específicas de la corteza, con el objetivo de desarrollar una serie de tareas. Entre estas tareas se encuentran la memorización, la copia de información visual (o sea, dibujar el número que ve), conteo, y la resolución de otros ejercicios, todo utilizando como única fuente a una “pantalla” de 28 por 28 píxeles, y un brazo virtual para entregar los resultados. Esto coloca a Spaun en un nivel diferente frente a otras simulaciones cerebrales que son incapaces de “ver”, “recordar” o incluso controlar una extremidad, concentrándose más sobre la brecha entre la estructura del cerebro, y lo que conocemos por “comportamiento”.

Los logros de Spaun son significativos, pero también tiene sus límites. Además de su relativa simpleza, desde cierto punto de vista Spaun ha sido “predefinido”, por lo que carece de la capacidad de adaptación y la versatilidad de un cerebro humano (dicho en otras palabras, no puede “aprender” cosas nuevas). Otro detalle importante está en la velocidad con la que opera esta simulación cerebral. Por cada segundo del vídeo de demostración, Spaun necesitó de dos horas y media. Eventualmente, los responsables detrás de este desarrollo esperan que Spaun alcance una velocidad cercana al “tiempo real”, aunque habrá que esperar un poco más para eso.

Escrito por Lisandro Pardo

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