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THRIVE: IBM quiere servidores refrigerados… ¿con su propio calor?

Mantener servidores en equilibrio térmico es una tarea cada vez más compleja. Cualquier detalle que permita consumir menos energía es aprovechado casi de inmediato por las compañías, y en algunos casos las soluciones pueden ser bastante exóticas. IBM sabe que los servidores desperdician mucho calor durante su funcionamiento, pero el proyecto THRIVE busca reutilizar ese calor como fuente de energía para futuros sistemas de refrigeración.

Tu ordenador se encuentra desperdiciando calor en este momento. La misma situación se extiende a refrigeradores/frigoríficos, y sistemas de aire acondicionado. El calor es uno de los principales enemigos en la electrónica, y como tal, tratamos de reducir su influencia lo más rápido posible. Aún así… lo cierto es que hay energía allí, y si fuera posible reutilizar aunque sea un poco de ella, los costos de calefacción y/o refrigeración serían más bajos. Concedido, esos niveles elevados de eficiencia no son tan críticos para un ordenador de escritorio, pero imagina una sala entera de servidores. Algunas de las compañías más importantes se han visto obligadas a construir estructuras completas para lidiar con el calor, sin embargo, existen ejemplos en los que ha sido más conveniente reciclar viejas instalaciones, como fue el caso de Google en Hamina, cuyo centro de datos utiliza agua de mar.

Si cruzamos el territorio de IBM Research, encontraremos un proyecto muy llamativo con el nombre de THRIVE. Su descripción es relativamente sencilla: Desarrollar una bomba de calor alimentada con calor excedente (disculpas por la redundancia). Una bomba de calor tradicional necesita de un compresor, pero el diseño planeado por el proyecto THRIVE reemplaza al compresor con un intercambiador de calor basado en «adsorción» (sí, se escribe así), que utiliza calor a una temperatura en el orden de los 60 grados Celsius como fuente de energía. Durante el proceso de adsorción, el intercambiador de calor adsorbe vapor proveniente del evaporador y lo comprime en su interior, liberando calor, mientras que el refrigerante adsorbido previamente es obligado a salir del intercambiador (desorción) con la ayuda de una fuente de calor externa. El vapor caliente liberado vuelve al estado líquido en el condensador, y el calor obtenido de ahí regresa al ciclo. Como podrán notar, el funcionamiento de esta bomba de calor es intermitente, por lo tanto, se necesitan dos o más intercambiadores de adsorción en paralelo para que trabajen sin interrupciones.

Al mismo tiempo, este sistema necesita un medio, y de acuerdo a los investigadores, se trata de una sustancia muy similar al gel de sílice que encontramos en esos pequeños sobres dentro de cajas de zapatos, bolsillos y componentes electrónicos. Los cálculos iniciales hablan de una reducción en el consumo energético del 65 por ciento para calefacción y refrigeración, y del 18 por ciento en el consumo de combustibles sólidos para generación de calor hacia el año 2040 (esto toma como referencia a Suiza). 65 por ciento de reducción implica que el sistema aún requiere de electricidad (o sea que los demonios de la termodinámica se llevan su tajada igual), pero si esa diferencia logra trasladarse a los centros de datos, el beneficio será enorme. THRIVE es un proyecto de tres años, e imagino que escucharemos más sobre él pronto.

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Escrito por Lisandro Pardo

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