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To bit or not to bit: ¡Revelan cómo ahorrar dinero evitando la sobredosis de información!

¡Y no solo ahorrar dinero, sino también salud, amigos, etc.! En la entrega anterior de esta sección comenté acerca del libro ¡BASTA!, en donde su autor explica cómo la sobredosis de datos nos convierte en adictos y hace que nuestro cuerpo genere constantemente su propia droga opiácea. Pero eso no quedó allí. Hay mucha más información para compartir con los lectores de NeoTeo: una guía de cuasi-autoayuda, ¡con todo lo necesario para hacerse rico, famoso e inmortal! (bueno, esto último tal vez sea exagerado). Todos los detalles.

En la entrega anterior de TBONTB comentábamos acerca del libro ¡BASTA! de John Naish, en donde el autor afirma que acumulamos tanta información que somos el equivalente digital a los locos que viven en casas llenas de periódicos. Pero también analiza cómo hacer para sobrevivir a esta época en donde se nos quiere obligar a tener siempre más de todo. El artículo dio bastante que hablar.

Como el espacio es tirano, quedó bastante información en el tintero digital para compartir con nuestros lectores. Particularmente quiero hacer un repaso de qué acciones se propone tomar para evitar perder dinero, salud y hasta nuestras vidas físicas en el mar de la información digital. Para esto, surgen de la lectura diferentes recomendaciones. La primera de ellas la abordamos en la nota anterior, y era cardinalmente buscar cuál es para nosotros la cantidad de información a partir de la cual ya se nos empieza a hacer complicada la vida.

Aún a riesgo de que esto se convierta en un texto de autoayuda, acá va:

Administrar el tiempo: podríamos establecer una pauta máxima diaria de tiempo dedicada a absorber información. Lo más difícil sería respetar esa pauta. Claro que precisa de una conducta, pero puede ser muy gratificante: “Descargar sólo la cantidad de infoentretenimiento que quepa en nuestra ración establecida y luego alegrarnos porque escogemos deliberadamente perdernos ciertas cosas: eso significa que tenemos una vida.” Si le pones un valor-hora a tu tiempo, ¿cuánto vale ese lapso en el que te pasaste 114 minutos leyendo una estupidez tras otra en la web, cuando ya antes de hacerlo estabas saturado de información?

Redescubrir espacios: si logramos cumplir esas pautas, nos quedará tiempo libre. ¿Con qué lo vamos a ocupar? “Es como recuperarse de una adicción a una sustancia. Debemos mantenernos ocupados hasta que nos reajustamos. Podemos revivir el cerebro confundido por el exceso de información al estimular el crecimiento de nuevas redes de neuronas mediante el aprendizaje o redescubrimiento de habilidades creativas como la pintura, la cocina o la música. Es útil recordar el hecho de que nuestro tiempo libre es tan preciado que las compañías de mercadotecnia y las multinacionales gastan miles de millones de dólares al año para quitárnoslo.” ¿Cuántas de las últimas compras que hiciste fueron motivadas por el deseo que te inocularon en el cerebro por tener algo que no necesitabas? ¿Cuánto dinero costó ese tiempo?

Limitar las interrupciones: Nuestro cerebro es un procesador que necesita tiempo para cambiar de contexto. “Recuperarse de una interrupción electrónica y retomar la línea de pensamiento lleva unos cuatro minutos. Si leemos correos y/o el Facebook o lo que sea treinta veces en el día, estamos hablando de un tiempo de recuperación de 120 minutos.” ¿Cada cuánto tenemos configurado nuestro sistema para recibir nuevos correos? ¿Es necesario atender siempre el teléfono?

Nuestro tiempo libre es tan preciado que las compañías de mercadotecnia y las multinacionales gastan miles de millones de dólares al año para quitárnoslo.

Y, finalmente, algo que considero lo más importante: Elegir siempre la forma más humana de comunicarse: La creación de distintas formas de interactuar por medio de la tecnología va tan rápido que nunca terminamos de entender bien un protocolo, que ya aparece uno nuevo. Es ahí en donde aparece la rudeza en el trato, pero ya estamos tan acostumbrados que nos parece normal. “Para desarrollar relaciones perdurables y gratificantes lo mejor es comunicarse de la manera más amistosa posible. El contacto humano promueve la calidez y la honestidad; la distancia y la brevedad generan menosprecio. Es por eso que debemos adoptar una jerarquía de comunicación: cara a cara en lugar del teléfono móvil, teléfono móvil en lugar del mensaje de texto, y así.” Repitámoslo por las dudas: la distancia y la brevedad generan menosprecio. Basta leer como se tratan muchos lectores en los mensajes de los foros para comprobarlo. ¿Se tratarían de la misma manera si estuviesen cara a cara?

Recuerden, amigos: la comunicación se come nuestras vidas. En promedio, la mitad del tiempo de vigilia lo ocupamos frente a diferentes pantallas, pero hay muchas cosas en esta vida atiborrada de información que podemos ignorar con alegría.

 

Tú, lector avezado, ¿Estás de acuerdo con estos comentarios? ¿O esto que estoy escribiendo no será más bien otro granito de arena en el exceso de información? ¿Qué métodos utilizarías para evitar estos excesos?

Escrito por Gianni Sabbione

Gianni Sabbione es editor literario, científico y músico. Como editor trabajó y trabaja en editoriales y medios internacionales de EE.UU., España y Latinoamérica. Es asesor en reorganización y automatización de áreas de IT e investigó en IA y redes neuronales.
Es cantante de sus bandas de hard rock solista y de Color Púrpura, y aprovecha su perfil en Neoteo para promocionarlas. Al menos hasta que se de cuenta el Sr. Director del sitio.

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