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To bit or not to bit: ¡Confirman que el cerebro funciona peor de lo que creemos! (2)

¡Continúa nuestra saga de bugs cerebrales en esta, la sección más amarilla y trolleante de NeoTeo! Según se comprobó en los estudios que vamos a referir en nuestra nota de hoy, nuestro cerebro es muy bueno… en darnos información errónea. Algo que puede llegar a costarnos muy caro. Algo que, incluso, puede poner en riesgo nuestra vida. ¡Pero a no desesperar, vamos a recorrer juntos algunos ejemplos para saber cómo lidiar con estas cuestiones!

Nuestra falla mental de hoy: sesgos en la disponibilidad de información.

Una de las actividades más frecuentes que realizamos es la de categorizar. Recordemos que nuestro devenir diario es casi una continua secuencia de tomas de decisión. Debemos ir tomando elementos y decidir en qué categoría colocarlos, para estar cómodos con eso y seguir adelante. Muchas veces creemos estar tomando las decisiones correctas cuando en realidad sucede exactamente lo contrario. Es un tipo especial de proceso mental llamado heurística de disponibilidad.

Por ejemplo, nuestro cerebro percibe como más numerosa una clase cuyos elementos son más fáciles de recuperar. Un ejemplo que prueba esto fue el estudio realizado por nuestros amigos Kahneman y Tversky presentado en la revista Cognitive Psychology, en el que se le presentó a dos grupos de personas, en forma auditiva, dos listados de nombres de celebridades, uno de hombres y otro de mujeres. En el caso del primer grupo, la lista de mujeres que se les leyó tenía más celebrities que la lista de hombres. En el caso del otro grupo sucedía exactamente lo opuesto: había más celebrities en la lista de hombres. Después de leídas las listas, se les preguntaba a los sujetos si había más nombres de hombre o de mujer. En forma consistente, los voluntarios siempre consideraban como más extensa la lista en donde los nombres pertenecían a personas más conocidas públicamente. Aún cuando ambas listas tenían la misma cantidad de nombres. ¡Sorpresa! Esto se debe a que nuestro cerebro es perezoso y siempre toma más en cuenta la información que le es más fácil de reconocer y recuperar de lo profundo de sus neuronas.  A esto se lo llama sesgo de recuperabilidad de la información, y se produce con más frecuencia de lo que creemos.

“Nuestro cerebro percibe como más numerosa una clase cuyos elementos son más fáciles de recuperar o de imaginar.”

¿Y qué sucede cuando tenemos que categorizar información que no está almacenada en nuestro cerebro, sino que debe surgir como resultado de imaginar situaciones? Este es un caso particular llamado sesgo de imaginabilidad de la información, y también puede meternos en problemas. Por ejemplo, supón que tienes que ir a un viaje de aventuras por la selva. Para esto, querrás estar equipado para lidiar con cualquier eventualidad. En este tipo de situaciones (salvo que tengas la buena idea de pedir consejos), el mecanismo cerebral es el de comenzar a imaginar una lista de posibles situaciones riesgosas y luego tomar los recaudos necesarios para enfrentar esas situaciones en caso de que sucedan. Pero, como dijimos, nuestro cerebro es perezoso, por lo que en general vamos a considerar como más importantes aquellos riesgos que nos son más fáciles de imaginar. Y en general no hay una correlación entre lo fácilmente imaginable y la probabilidad de que ocurra. Por lo tanto, lo más probable es que, después de nuestro análisis de riesgos, terminemos con una mochila cargada de elementos de prevención para cosas que nunca sucedan, y nos falten los elementos básicos para las cosas que probablemente sí ocurran.

Esta “falla cerebral” es muy utilizada por algunos medios de comunicación para infundir temor en la población, vender más ejemplares y, en muchos casos, operar políticamente. Por ejemplo, si hay un crimen truculento (en lo posible con mucha sangre), el público inconscientemente lo asociará con una mayor probabilidad de ocurrencia.

¿PUEDES RESPONDER CORRECTAMENTE?

Como último ejemplo de hoy, un desafío relacionado con el sesgo de efectividad del conjunto de búsqueda: A primera vista, ¿qué es más probable, que una palabra en inglés empiece con la letra “r” o que la “r” sea la tercera letra de una palabra? La solución, en la posdata de la nota.

LO PROMETIDO

Antes de terminar, ¡les debía algunos comentarios sobre el planteo del problema del hospital de nuestro artículo anterior!

Recordemos rápidamente de qué se trataba: en una ciudad hay dos hospitales A y B. En el A nacen unos 45 bebés/día, mientras que en el B nacen unos 15/día. Durante 1 año, los hospitales registraron los días en que nacieron más de un 60% de niños que de niñas. ¿En cuál de los hospitales se registraron más días en que esto sucedió? ¿En el A, en el B, o en ambos es similar? La respuesta correcta es en el B.

Muchos de nuestros lectores dieron una serie de descripciones muy acertadas de por qué el B es la respuesta correcta. Lo cierto es que, para contestar correctamente, suele ser necesario tener cierto conocimiento teórico sobre cómo manejar estadísticas y probabilidades, ya que la respuesta no avezada suele ser contraintuitiva. En parte, la confusión proviene de cómo se plantea el problema, ya que se trata de una serie de eventos descriptos por la misma estadística, sin mayor nivel de detalle. Lo que determina la respuesta adecuada (el hecho de que, cuanto menor es la muestra (hospital B), mayor es la probabilidad de que los valores se desvíen de la media), es información que está de alguna manera “oculta” al conocimiento: no forma parte de los procesos intuitivos. Tiene nombre y todo: insensibilidad al tamaño de las muestras. Vaya esto para quienes solemos confiar ciegamente en la intuición.

¡Hasta el próximo To bit!

PD: SOLUCION

Si bien la mayor parte de la gente responde que es más probable que las palabras empiecen con la letra “r”, la respuesta correcta es la contraria: son más las palabras que tienen una “r” como tercera letra. ¿Puedes explicar el porqué de esta confusión? ¡En la próxima entrega estaremos desarrollando la cuestión!

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Escrito por Gianni Sabbione

Gianni Sabbione es editor literario, científico y músico. Como editor trabajó y trabaja en editoriales y medios internacionales de EE.UU., España y Latinoamérica. Es asesor en reorganización y automatización de áreas de IT e investigó en IA y redes neuronales.
Es cantante de sus bandas de hard rock solista y de Color Púrpura, y aprovecha su perfil en Neoteo para promocionarlas. Al menos hasta que se de cuenta el Sr. Director del sitio.

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