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Curiosidades del calendario: El 0 de enero

La historia nos enseña que muchos soberanos alrededor del globo no dudaron en ajustar sus calendarios de forma bastante curiosa. Días nuevos y semanas desaparecidas han sido algunas de sus consecuencias, sin embargo, el 0 de enero no está asociado al capricho de un monarca, sino que se lo identifica como una herramienta de los astrónomos para mantener la uniformidad de sus efemérides.

Cuando el Imperio Británico adoptó el Calendario Gregoriano en 1752, en vez de tener un 3 de septiembre, saltó directamente al 14 de septiembre. China modificó su calendario por lo menos cincuenta veces en 25 siglos. Suecia tuvo un 30 de febrero en 1712, al igual que la Unión Soviética en 1930 y 1931. Y cuanto más buscamos sobre días inusuales y calendarios modificados, más datos encontramos. En muchos casos, se trató de una decisión de índole política o religiosa, pero los astrónomos necesitan datos con una precisión mucho mayor, que les permita confirmar y anticipar la posición de los cuerpos celestes. Para registrar todos esos valores, los astrónomos utilizan efemérides enfocadas sobre un año en particular. Generalmente, dichas efemérides funcionan muy bien, pero por cuestiones de referencia, cuando un astrónomo debe trabajar con datos vinculados al 1 de enero, tal vez requiera datos del día anterior, 31 de diciembre.

0 de enero

La solución para incluir esos datos sin hacer mención al año anterior, fue la introducción del 0 de enero. La mayoría de las efemérides modernas han dejado a este “día artificial” de lado, pero aún es posible encontrar ejemplos en línea, como el de la imagen que está un poco más arriba. Otra circunstancia en la que el 0 de enero tiene cierta relevancia es en la creación de calendarios con trece meses. La idea de fondo es que un calendario con trece meses tiene exactamente cuatro semanas y 28 días por mes, lo cual brinda más precisión y seguridad a la hora de calcular los días, sin mencionar que un calendario así “no vence”, porque los días y sus números se mantienen intactos. El problema es matemático: 28 x 13 = 364. En ejemplos específicos, como el Calendario Fijo Internacional de 1902, este conflicto fue resuelto eliminando del calendario al 31 de diciembre (“year day”) e insertando el día de los años bisiestos después del 28 de junio, mientras que en otros, el 31 de diciembre simplemente era identificado como 0 de enero. Ninguno de esos calendarios ganó tracción, y el 0 de enero es apenas una curiosidad, pero dentro de algunos años… ¿quién sabe?

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Escrito por Lisandro Pardo

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