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Orientación vocacional vs. Salida laboral

Año a año una enorme cantidad de alumnos recién salidos de la educación media se lanzan hacia la Universidad en busca de ese título académico que los acredite y les otorgue un valor extra dentro del mundo laboral. Sólo un pequeño porcentaje logra terminar sus estudios con éxito y una vez afuera, una gran mayoría (de ese pequeño porcentaje) encuentra que la realidad laboral es un mundo hostil donde lo que estudió es obsoleto, o no existe una demanda de profesionales en esa área específica. Por otro lado, es una verdad inobjetable que las preferencias estudiantiles a lo largo de todo el planeta se inclinan hacia las ramas humanísticas y sociales, dejando atrás a las ciencias duras como la ingeniería y otras áreas tecnológicas donde la necesidad de profesionales supera a la oferta de gente capacitada. Tú que eres estudiante, puedes ayudarnos a develar muchas curiosidades que se dan hoy en el mundo de la educación superior. Tu opinión es muy importante y la necesitamos.

Una de las confusiones clásicas que existen en muchos estudiantes de nivel secundario es creer que una carrera terciaria es sólo sinónimo de Universidad. Muy lejos de ello, la realidad nos muestra innumerables institutos que brindan opciones alternativas de capacitación a nivel terciario con una propuesta de carreras más cortas y con una salida laboral más directa. Estos centros de estudios son más contenedores y menos superpoblados que los grandes centros universitarios y muchos jóvenes, prefieren esta alternativa más rápida y más eficaz para insertarse en forma laboral en la sociedad. Se estima que un cuarto de los jóvenes prefiere esta opción más rápida que, por lo general, incluye las carreras de profesorado, turismo, enfermería, marketing, diseño gráfico y otras propuestas relacionadas con el mundo de la informática, muy solicitadas en el mercado laboral, en especial, las vinculadas con la economía y la administración.

Además, este tipo de estudios terciarios se adapta mejor a los distintos perfiles de estudiantes que pueden coexistir en comunidad, algo que en el mundo universitario este fenómeno no es tan frecuente. Esta es una de las razones por las que en estos centros de estudios encontramos a aquellos que no poseen una vocación por la vida y la rutina académica, o a los más adultos que terminaron sus estudios secundarios hace un tiempo y deciden retomar una carrera de formación para capacitarse en forma acorde a lo que sus necesidades, laborales o no, requieran.

Cuando se termina la educación media, existe la sensación de que “se debe” continuar con una carrera terciaria o universitaria para poder tener un futuro alejado del fantasma de la desocupación y el desempleo. Sin embargo, los profesionales que estaban considerados como privilegiados y a salvo de los vaivenes económicos, han sido los protagonistas en primera persona de los catastróficos efectos provocados por la reciente crisis financiera mundial. Existe en el mundo una enorme cantidad de casos donde los profesionales se encuentran “sobreformados” para el trabajo que desempeñan. Es decir, deben contentarse con un trabajo que logre resolver su situación financiera en detrimento de la cantidad de conocimientos que adquirió durante su formación de grado. Aquí es donde comienza el debate sobre la necesidad laboral versus la verdadera vocación.

Otra de las facetas que sorprende, se encuentra al realizar un relevamiento de datos sobre la cantidad de inscriptos para el próximo año en las carreras de orientación social o humanitaria, como por ejemplo psicología, psicología social o kinesiología y que en la actualidad son las carreras con mayor cantidad de desocupados. Muy cerca de este panorama se encuentran los egresados de la carrera de Arquitectura. En la actualidad se estima que en países como Argentina sólo el 10% de los arquitectos habilitados y matriculados, alcanzan para cubrir la demanda laboral existente.

Además del desbalance entre la oferta y la demanda que existe en el mercado de la construcción, Arquitectura es una de las tantas carreras con una gran exigencia en materia de actualización. Las especializaciones de postgrado son cada vez más necesarias para hacer frente a los constantes cambios de concepto y legislación referentes a la seguridad e higiene laboral, al impacto urbano ambiental, a la modernización tecnológica de los complejos habitacionales y su distribución inmobiliaria.  Por su parte, los médicos también se encuentran en una situación laboral compleja. Hoy solo ven rentable el trabajo en relación de dependencia en importantes centros de salud, como prestadores de sistemas de seguridad social del estado, o en sistemas de medicina prepaga a la que no cualquiera tiene posibilidades de acceder. Aquí también rescatamos sólo algunos aislados grupos minoritarios que se atreven a la crueldad de la nada y se adentran en las zonas más despobladas y carentes de todo recurso para ejercer su verdadera vocación solidaria para la que se formaron. Un ejemplo muy claro y noble de la orientación vocacional versus el bienestar económico.

El fenómeno de las carreras universitarias orientadas hacia la Ingeniería siempre tuvo un atractivo muy particular sobre los jóvenes competitivos, rápidos para las matemáticas y cultores de un estilo purista y perfeccionista. Las especializaciones en aeronáutica, electricidad, electrónica, mecánica y construcciones navales, atraía con gran energía a una juventud que apostó a la revolución industrial del siglo pasado y parió el mundo tal como lo conocemos hoy. Con su polución, con su capitalismo, con sus epidemias, hambrunas y un caos climático impredecible. Tanto error acumulado y tantos efectos nocivos que trajeron consigo el progreso y la modernización, terminaron espantando a los estudiantes de estos destinos. Tal vez sea por estos motivos que las principales potencias se encuentran cada año, más escasas de profesionales en las áreas técnicas. Es muy probable que sea por este motivo y por la posibilidad de encontrar una mano de obra calificada, y a la vez económica (barata), que los países desarrollados encuentran en los estados emergentes el material humano necesario para sus desarrollos tecnológicos. (India es el caso emblemático de la actualidad)

Tal vez las carreras orientadas hacia la informática y las ciencias relacionadas con la biotecnología sean, hoy por hoy, las más factibles de poder conjugar en un futuro próximo las condiciones de verdadera vocación y de conveniencia económica. Un mundo que apunta a estar conectado en red de manera integral necesitará de verdaderos profesionales de la informática, la información y la comunicación en red. Además, esta convivencia global facilitará la comunión entre los profesionales y las necesidades de la gente en materia de salud, avanzando hacia implantes y curas para enfermedades que hasta hoy sólo algunos organismos aislados se pueden considerar a la vanguardia de satisfacer las necesidades de la gente. Allí puede estar el futuro de la educación en los principales centros de estudios del mundo.

Pero sin duda alguna, los estados debieran ser los encargados de sugerir e informar a los estudiantes cuáles son las verdaderas necesidades de la Nación que se intenta construir, e informar con absoluta conciencia y conocimiento, cuáles son las necesidades profesionales que cada tiempo requiere. Dejar el destino de la educación librado al azar es una desatención que ningún estado se puede permitir. Por su propio destino y por sus generaciones futuras.

Un párrafo que no podemos dejar de mencionar es sobre de los científicos. Esta clase de profesionales está más allá de una recompensa monetaria por su trabajo, más allá del ejercicio de su profesión y mucho más allá de ambas cosas en conjunto. Porque tú puedes llegar a ser Ingeniero Informático o Electrónico, puedes ser Médico o Veterinario, Arquitecto o Enfermero, pero llegar a ser considerado un científico dista mucho de sólo alcanzar a tener un diploma para enorgullecer a tus padres. Si de verdad sientes en tu fibra íntima la profesión que has elegido y te honras a ti mismo progresando, creciendo, estudiando y perfeccionándote cada día un poco más en pos de una mejor calidad de vida de la comunidad, dejando de lado mezquindades económicas y ambiciones banales, tú sí que eres un verdadero científico. ¡Bravo por tí!

Y en cambio tú, que aún estás a mitad de camino entre la necesidad laboral y la verdadera vocación, no te dejes abrumar por las dificultades y tropiezos que encuentras a diario. Trata de hacer lo que me enseñó un gran maestro; sigue tus instintos. Sentirás la paz interior de los que logran llegar de verdad. Y sea cual fuere tu destino educativo, no olvides nunca que el conocimiento debe servir para ayudar, nunca para destruir a tu prójimo.

Escrito por Mario

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