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Análisis: Fedora 15

Abril puede haber sido el mes de Ubuntu, con todos sus puntos a favor y en contra, pero mayo es el mes de Fedora, y en el día de ayer fue presentada la nueva versión 15 del sistema operativo. Fedora ha sido conocido como una de las tantas distros que “separa hombres de niños” en el mundo Linux, pero esta flamante edición trae un cambio muy importante, en un teórico intento de ampliar su base de usuarios y volverse más amigable: Incorpora por defecto a GNOME 3. Como corresponde en estos casos, hemos descargado una copia para darle un vistazo más de cerca.

Una vez más comenzamos un artículo sobre una distro Linux hablando de cambios. Cambios que no han sido del todo solicitados por los usuarios, que tienen ciertos aspectos positivos, y que definitivamente están generando mucho ruido en la comunidad. La llegada de la interfaz Unity en Ubuntu 11.04 dividió las aguas por completo, a pesar de que en Canonical ofrecen una opción para regresar a la interfaz anterior, opción que caducará cuando Oneiric Ocelot comience a hacer de las suyas. Pero hoy hablamos de Fedora, una distro que siempre ha demandado respeto por múltiples razones. Durante el día de ayer, fue lanzada la versión 15, de nombre “Lovelock” (otra ciudad de Nevada, al igual que “Laughlin” en la versión anterior). Fedora 14 fue lanzado en noviembre de 2010, lo cual confirma el ciclo mayo-noviembre para esta distro. La nueva versión probablemente no hubiera recibido tanta atención entre los medios especializados, si no fuera por un detalle muy especial.

El detalle es que Fedora 15 es la primera distro en adoptar a GNOME 3 por defecto. Es el mismo GNOME que fue dejado de lado por Canonical, y el mismo GNOME que muchos usuarios reclamaron para Ubuntu 11.04. Una pregunta que queda flotando es por qué se ha creado este conflicto. Después de todo, son distros Linux, y el usuario puede escoger la interfaz que quiera. Incluso el mismo Fedora 15 tiene disponibles a otras interfaces. Aún así, en el caso de Ubuntu el aire quedó enrarecido, y puede que suceda lo mismo en Fedora, aunque con una intensidad menor. El proceso de instalación de Fedora 15 no guarda nada en especial. Tal vez sea un poco más intimidante para los novatos en comparación con la instalación de Ubuntu, pero no hay nada que no se pueda resolver con un par de minutos extra. Su velocidad fue muy buena, y no hubo sobresaltos. Cuando llegamos al escritorio, la historia fue otra.

Por mayores que sean las diferencias entre Unity y GNOME 3, ambas interfaces tienen un punto en común: Si no hay aceleración por hardware, no juegan. La relación entre los fabricantes y la comunidad Linux siempre ha sido tensa a la hora de proveer soporte, pero el requerimiento de aceleración por hardware puede ser una piedra en el camino para el no iniciado. Nosotros ya somos viejos zorros que hemos recorrido múltiples trincheras, y el berrinche de GNOME 3 fue solucionado en algunos minutos, pero no podemos evitar pensar en aquel usuario que tiene una netbook u otro sistema secundario, y decide instalar una distro Linux porque desea probar algo diferente. Es obvio que Fedora no tiene la culpa aquí. GNOME 3 tiene controladores abiertos para los ejemplares de hardware de vídeo más importantes, pero siempre habrá alguna tarjeta rebelde que no se llevará bien con la configuración por defecto. Con las correcciones necesarias, la nueva interfaz hizo acto de presencia al siguiente reinicio.

En esencia, lo primero que hace GNOME 3 es matar al escritorio. No puedes hacer nada sobre él, ni seleccionar, ni colocar iconos o accesos directos. Es apenas un lienzo glorificado sobre el cual aparecen las ventanas de las aplicaciones. El atajo de “Actividades” es el primer punto de acceso para el usuario. A la izquierda, una sección de “favoritos” similar al Dash de Unity, y solamente dos secciones: “Ventanas” y “Aplicaciones”. Fedora siempre se caracterizó por ser robusto y flexible, pero con GNOME 3 la sensación es otra. Para ingresar a Firefox, debes pasar por Actividades primero. Lo mismo para revisar el correo, escuchar música, y ejecutar cada aplicación que se encuentre instalada en el sistema. Lo único que parece tener un acceso por fuera de Actividades es la configuración del sistema, disponible bajo el menú del usuario (esquina superior derecha). GNOME ofrece algunos atajos de teclado que sin dudas son bienvenidos, pero no encontrarás nada similar a navegación con flechas del cursor y la tecla Tab. La sección de Aplicaciones tiene algunos detalles de organización (¿qué hacen el firewall y las conexiones de red bajo “Otros”?), y los iconos son grandes, pero no podemos decir lo mismo del texto bajo ellos. Como punto extra, no hay forma de cambiar la configuración de GNOME, a menos que se instale manualmente el paquete gnome-tweak-tool, un proceso recomendado por la misma gente de Fedora.

Más allá de su interfaz, Fedora 15 trae otros cambios importantes, especialmente a nivel software. En primer lugar incorpora a Firefox 4.0 como navegador web por defecto. La interfaz de Firefox 4 bajo Fedora es un poco diferente a lo que estamos acostumbrados a ver. No está mal, pero definitivamente puede recibir algunos ajustes. El menú clásico sigue estando allí, probablemente el punto más cuestionable. Unos leves retoques y la ayuda de extensiones como Compact Menu 2 rápidamente mejoraron la situación. Y en segundo lugar, encontramos el reemplazo de OpenOffice por LibreOffice, algo que ya ha sucedido en Ubuntu y openSUSE. El destino de OpenOffice está sellado, y LibreOffice se encuentra más que listo para reemplazarlo. La versión 3.4 debería ser lanzada a fin de mes, con varias mejoras en materia de rendimiento. Es una pena que Fedora haya salido antes, pero seguramente llegará a la distro a través de una actualización. El resto del repertorio sigue siendo más o menos clásico: Shotwell como editor/administrador de imágenes, Rhythmbox como reproductor de audio, Totem en la reproducción de vídeo, y Empathy como encargado de la mensajería. Para quienes deseen conocer el comportamiento de Flash, bueno, ya se lo deben imaginar, pero una breve visita a la terminal y el “yum” es todo lo que se necesita.

En un aspecto más técnico, Fedora 15 posee la versión 2.6.38 del kernel Linux, un punto por debajo de la última versión disponible. También incorpora la función de firewall dinámico, que básicamente permite cambiar la configuración del firewall sin tener que reiniciarlo. No está presente por defecto, por lo que debe ser instalada manualmente, y puede que no sea de mucho interés para el usuario promedio. El control de firewall convencional puede encontrarse en la sección “Otros” dentro de las aplicaciones. Finalmente, Fedora 15 se lleva mucho mejor con ordenadores portátiles al ofrecer una administración de energía más eficiente. El rendimiento general de la distro ha sido muy bueno, al igual que su tiempo de arranque, cortesía del recientemente integrado systemd.

Ha llegado el momento de recoger nuestras cosas y seguir la marcha. Hasta aquí, el saldo general de Fedora 15 es positivo. Se mantiene como una distro sólida y robusta, tal vez no del todo recomendada para los primerizos en Linux, pero los veteranos se sentirán como en casa… o casi. GNOME 3 es todo un cambio. Comparado con la versión anterior, parece llegado de Marte. Si a simple vista te resulta similar a Unity, es porque ambas interfaces comparten varios aspectos. Y si después de jugar un rato con él lo sientes incompleto, es porque lo está. GNOME 3 busca recortar los excesos, quitar las distracciones y enfocar al usuario en sus aplicaciones activas. Como consecuencia, también le quita rango de acción. Personalmente lo encuentro chocante. Esta política de “no-escritorio” que impone es muy extraña. Sin la sección de favoritos a la izquierda, un usuario necesitaría de cuatro clics para ejecutar Firefox, a menos que se utilice la búsqueda por teclado, que como siempre arroja una dinámica muy diferente. Tal y como mencionamos en el análisis de Ubuntu, las nuevas interfaces están en una etapa de transición. Las primeras impresiones siempre serán un poco filosas, y la idea de que las distros paguen los platos rotos no es agradable. Por suerte, Fedora 15 puede quitarse la responsabilidad de encima fácilmente. Puedes bajarlo con KDE, LXDE, e incluso XFCE. No dejes de probarlo.

Escrito por Lisandro Pardo

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