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Clonación humana: Experimentando con niñas muertas y óvulos de vaca (VIDEO)

Un científico asegura que puede crear clones de seres humanos utilizando material genético de cadáveres y óvulos de vaca. Panayiotis Zavos, devenido en el Dr. Frankenstein del siglo XXI, ha puesto en marcha en las últimas horas un proceso que permitirá recrear una niña llamada Cady, que falleció a la edad de 10 años en un accidente automovilístico. Once embriones ya fueron  implantados en mujeres voluntarias.

Cada paso que se realiza en las investigaciones orientadas a conseguir clones de seres humanos reaviva las polémicas sobre la ética de tales procedimientos y si el hombre debe, o no, realizar este tipo de experimentos. A pesar de que casi toda la comunidad científica coincide en que por sí este tipo de práctica no es “mala” –aunque otros sectores, como la iglesia católica se oponen fuertemente– lo cierto es que algunos proyectos son lo suficientemente extraños como para encender algunas luces de alarma.

Panayiotis Zavos

Panayiotis Zavos es un científico que, desde hace décadas, ha experimentado con la clonación de mamíferos. A lo largo de su carrera a tenido éxito al duplicar conejos y otros animales pero, en los últimos años, comenzó a trabajar en una línea de investigación nueva, que permitiría utilizar óvulos de vacas como base para la elaboración de fetos humanos. Según el especialista, estos óvulos son más fáciles de conseguir y permiten una manipulación más sencilla y  siempre que el material genético aportado sea humano, el feto resultante no se parecerá más a una vaca de lo que se asemeja tu suegra a una foca. Sin embargo, no deja de ser inquietante que un niño haya sido –en sus orígenes- parte de una vaca.

El polémico médico asegura que, en los últimos días, ha realizado los trabajos necesarios para producir catorce embriones humanos, todos ellos creados a partir del ADN de Cady y óvulos vacunos. Once de estos embriones ya fueron implantados en cuatro mujeres que previamente habían dado su consentimiento para participar del experimento, y estaban debidamente preparadas para albergar a los bebés clonados. Todos los pasos que Panayiotis tuvo que realizar para conseguir este logro fueron  grabados en video, para que posteriormente sean editados en forma de documental. La empresa encargada de filmar la película ha declarado que, efectivamente, la clonación se realizó con éxito y que las mujeres estaban realmente embarazadas.

Cady falleció a la edad de 10 años

Ninguno de los embriones transferidos culminará en un alumbramiento, pero el Dr. Zavos considera que este es el “primer capítulo” en su plan para producir bebés perfectamente normales y sanos a partir de células de la piel de su “padre”. “No hay absolutamente ninguna duda sobre esto. No hay forma de que esto no ocurra”, dijo el Dr. Zavos ayer en una entrevista. “Si intensificamos nuestros esfuerzos podemos tener un bebé clonado dentro de un año o dos, pero no sé si lo haremos. No estamos bajo la presión de traer un bebé clonado a este mundo. Lo que estamos tratando de hacer es crear un bebé clonado que sea saludable “, agregó.

Sabemos que se necesitaron 277 intentos antes de que la oveja Dolly pudiese nacer. Los 276 fetos anteriores a ella terminaron en desastres que no fueron capaces de sobrevivir. Algunos creen que no puede hacerse lo mismo con fetos humanos. Sin embargo, para Panayiotis el procedimiento de clonación se ha perfeccionado muchísimo y ahora es más eficiente, aunque la mayoría de los expertos en este campo creen que todavía es demasiado peligroso para comenzar a experimentar. Zavos desestimó esos temores diciendo que “muchos de los problemas relacionados con la clonación de animales” – tales como defectos congénitos y de gran descendencia – “se han minimizado.” No obstante ello, la inclusión de los óvulos de vaca en medio de todo este proceso no ha hecho más que agregar combustible a la polémica. Mientras tanto, los experimentos siguen su curso. Esperamos que la discusión se haga en un marco respetuoso y sin insultos, por favor. Eso o los clonamos nosotros mismos.

Escrito por Ariel Palazzesi

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