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Conviértete en cíborg para recuperar agua (concepto)

Sea una horda zombie, plaga, invasión alienígena, impacto de un asteroide, Skynet, catástrofe nuclear, contaminación fuera de control, calentamiento global, revolución de simios u otra clase de evento con el potencial de borrar del mapa a nuestra especie, lo cierto es que no todos los humanos van a desaparecer al mismo tiempo, y algunos deberán enfrentar el día después. La supervivencia se convertirá en cosa de cada segundo, y la búsqueda de comida y agua potable, el objetivo principal. El agua potable probablemente sea lo más difícil de obtener, pero un concepto proveniente de un estudio de diseño japonés parece tener una respuesta: Convertirse en un cíborg con implantes en lugares específicos del cuerpo, que permitirán a una persona sobrevivir con apenas 32 centímetros cúbicos de agua por día.

Probablemente sea una reacción demasiado “friki”, pero cada vez que se menciona la escasez de agua potable, automáticamente se cruza Arrakis por mi mente. Los trajes Fremen eran un elemento clave para la supervivencia en el hostil planeta, y aunque su aplicación exacta tal vez no sería posible, algunos de sus conceptos son definitivamente válidos. Perdemos mucha agua diariamente, de allí nuestra necesidad de ingerir un promedio de dos litros. La orina es la principal vía de escape, pero el simple hecho de respirar nos hace perder humedad. Si por un momento imaginamos un futuro en el cual el mundo ya no puede sostener a la población humana, y un recurso vital como el agua potable se convierte en algo extremadamente complicado de obtener, desperdiciar agua naturalmente sería una locura.

La gente de Takram, un estudio de diseño japonés, ha explorado cierto concepto con el objetivo de reducir drásticamente dicho desperdicio de agua. Y a la hora de sobrevivir, rendir la integridad física y convertirse en un cíborg probablemente sea un pequeño precio a pagar. Se trata del “Shenu Hydrolemic System”, formado por diferentes dispositivos instalados en lugares estratégicos del cuerpo. El primer componente es un filtro nasal que retiene la humedad al momento de exhalar. Después tenermos un sistema de intercambio de calor arterial-yugular, que utilizado en conjunto con un cuello radiador baja la temperatura del cuerpo, reduciendo la transpiración. El concentrador de orina es un filtro adicional que acumula todo el desperdicio de la orina para su expulsión, y regresa el agua purificada a los riñones, y el mismo destino tiene el agua recuperada con el deshidratador de excremento.

Finalmente, con la ingesta de unos caramelos especiales, un ser humano se garantiza los nutrientes necesarios, además del mínimo de agua necesario para sobrevivir: 32 centímetros cúbicos. Evitando la pérdida de humedad por aire y sudor, y recuperando aquello que usualmente se elimina por vía sólida y líquida, una persona acumula 165 centímetros cúbicos diarios de agua. En un entorno post-apocalíptico, recuperar toda el agua que sea posible parece una muy buena idea, sin embargo, el concepto tiene un pequeño punto débil: No contempla la boca. Perdemos mucha humedad por la boca diariamente, y sin una manera de contener o reducir esa pérdida, el déficit de agua en nuestro sistema será mucho mayor.

Escrito por Lisandro Pardo

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