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El iMac más pequeño del mundo, con corazón de Raspberry Pi

¡Que el festival de miniaturas continúe!

Mini iMac

A principios de mayo compartimos un tutorial para instalar un mini arcade dentro del gamepad de una Nintendo NES, pero debo admitir que vale la pena coleccionar a esas miniaturas tal y como están. Ahora, si de todos modos deseas una buena dosis de «DIY», puedes seguir a Michael Pick en YouTube, quien nos sorprendió con su mini PC Gamer basado en un Raspberry Pi, y ahora redobla la apuesta con una versión reducida de un iMac.


Algunos pasatiempos presentan cierta dificultad a la hora de ser combinados, pero eso no sucede en el caso de la informática y las miniaturas. Por ejemplo, una de las formas más rápidas y económicas de explorar dicha mezcla es a través del papercraft, con excelentes modelos de ordenadores antiguos que sólo piden a cambio un par de impresiones, varios cortes, pegamento, y un poco de paciencia.

Sin embargo, el DIY nos lleva mucho más lejos. Con la ayuda de la impresión 3D, la emulación, y sistemas como el Raspberry Pi, podemos hacer versiones mini de (casi) lo que sea. Este camino nos lleva de regreso al canal de Michael Pick, quien decidió repetir su fórmula previa creando nada menos que una miniatura del iMac en su versión de escritorio:



El primer paso es, lógicamente, crear al modelo completo para su impresión en 3D. Su impresora Creality hizo un trabajo bastante bueno, mientras que las imperfecciones fueron corregidas con masilla y papel de lija. De más está decirlo, un iMac necesita ser delgado aún si se trata de una miniatura, y una de las claves para alcanzar ese objetivo es la pantalla, con dos puntos de instalación para el Raspberry Pi y el Raspberry Pi Zero sobre el mismo PCB de la controladora en la parte posterior.

Pero la parte más controvertida del proyecto es la modificación de los puertos. Entre los conectores USB y Ethernet, el Raspberry Pi sigue siendo demasiado alto. Michael decidió ganar tiempo y los cortó utilizando un Dremel. Aunque técnicamente se salió con la suya, en lo personal hubiera tratado de desoldar los puertos, o al menos usar cinta para proteger al PCB del Raspberry Pi y reducir la posibilidad de un corto debido a las partículas metálicas. Los puertos USB de carga y datos fueron redirigidos a la parte inferior de la carcasa, con una buena cantidad de pegamento.


Algunos hacks crudos… pero se ve genial en la mesa

Si dejamos a un lado el Dremel y los tornillos que usó para cerrar la carcasa (le dan cierto «toque industrial», pero los comentarios no han sido alentadores), el resultado final es ciertamente positivo. Y en resumen, esa es la mejor parte del DIY: Cada uno puede aplicar sus propias modificaciones, y siempre hay espacio para mejorar.


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Escrito por Lisandro Pardo

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