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Energía solar para todo el mundo

El consumo de energía eléctrica de todo el planeta tierra podría ser provisto por una sola instalación espacial que transforme la energía solar en electricidad. El proyecto, que cada vez está más cerca de transformarse en una realidad, podría amortizarse en solo un año.

Si uno interroga a cualquier persona sobre la exploración espacial es probable que su conocimiento sea muy limitado. Peor aún: posiblemente responderá que la carrera espacial es un pozo sin fondo en el que se invierten miles de millones de dólares sin obtener nada a cambio. La mayoría de las personas recuerdan grandes tragedias como las del Challenger o el Columbia, o alguna foto de Marte que ha visto alguna vez en una revista o en la TV, pero nada más.

La energía se transmitiría mediante microondas

Sin embargo, toda la inversión realizada por las agencias espaciales del mundo podría ser recuperada en un lapso de tiempo realmente corto, a la vez que se pone fin a uno de los problemas ecológicos más graves que aquejan a la humanidad: la quema de combustibles fósiles para obtener energía eléctrica.

Estamos acostumbrados a leer sobre formas alternativas para generar electricidad, aunque ninguna se ha puesto en práctica a gran escala. La idea de generar energía en un satélite que orbite a la tierra para luego enviarla a los hogares no es nueva, sin embargo, es una de las que más chances tiene de convertirse en realidad.

La idea es bastante simple: se trata de aprovechar la energía solar en el espacio, lejos del filtro que representa la atmosfera terrestre. Los expertos han calculado que un panel solar de un kilometro de ancho, constantemente bañado por la luz del sol en el espacio, podría proporcionar suficiente energía eléctrica para alimentar a todos los países del mundo más de siete veces.

Un gran colector transformaría las microondas en calor.

La tecnología actual está en condiciones de construir una instalación semejante. De hecho, el satélite pesaría unas 3000 toneladas, unas diez veces más pesado que la Estación Espacial Internacional. Se necesitarían efectuar 120 lanzamientos para llevar todas las piezas a la órbita adecuada. El costo de esta operación sería enorme, pero según los cálculos de los científicos, la energía proporcionada por el satélite alcanzaría para recuperar la inversión en solo 12 meses.

Uno de los problemas que se plantean es el transporte de la energía generada en el satélite a la tierra. Por obvias razones no se puede utilizar un vínculo físico, como un cable. La solución consiste en utilizar un haz de microondas, que se genera en el satélite y convierte la energía solar recogida por los paneles en un haz altamente energético que se enfoca sobre un punto en la tierra.

La estación receptora terrestre, ubicada en algún lugar descampado (un desierto, por ejemplo) no es más que un gran colector que transforma las microondas en calor que generará vapor de agua capaz de mover turbinas que a su vez impulsaran los generadores. Un mecanismo muy similar al utilizado en todas las plantas generadoras de energía de la actualidad.

Por supuesto, la zona por la que se transmite el haz de microondas debería estar perfectamente señalizada, ya que si por error una aeronave intentase atravesarlo, seria destruida.

Escrito por Ariel Palazzesi

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