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La NASA lanzará una gasolinera robótica

La NASA ha confirmado que en la próxima – y última- misión del transbordador espacial Atlantis, prevista para el 8 de julio, planean enviar al espacio los componentes de una “gasolinera robótica”. El dispositivo, que formará parte de la Estación Espacial Internacional, servirá para reabastecer y reparar a los satélites que se encuentran en órbita en la actualidad. Según se informa, el primer “empleado” de esta verdadera estación de reabastecimiento será el robot canadiense Dextre, que se encargará de suministrar etanol a los satélites que lo necesiten.

Emplazado entre los demás equipos de alta tecnología que abarrotan la bahía de carga del transbordador espacial Atlantis, cuya fecha de despegue programada será el próximo 8 de julio, se encuentra un dispositivo al que los responsables de la NASA gustan denominar “gasolinera robótica”. Se trata de un artefacto que permitirá recargar combustible a aquellos satélites que por algún motivo lo necesite, e incluso intentar resolver algunos de los desperfectos que estos artefactos suelen sufrir en ocasionas. Si tienen éxito, la gasolinera espacial seguramente cambiará la forma en que son diseñados los satélites en general.

El vuelo del Atlantis, parte de la misión STS-135, será el último de la era del transbordador espacial, un programa que ha servido para transportar equipo a la órbita terrestre durante 30 años. La nave llevará esta nueva pieza a la Estación Espacial Internacional (EEI), sitio donde quedará emplazado para realizar su trabajo. Normalmente, cuando un satélite es lanzado al espacio para orbitar la Tierra, lleva a bordo todo el combustible que necesita para desarrollar su misión. Una vez que el combustible se agota, la vida útil del satélite llega a su fin. Ese combustible se utiliza básicamente para efectuar pequeñas correcciones periódicas en su trayectoria para que se mantenga dentro de la ruta prevista. Sin embargo, la tecnología utilizada en la construcción de estos artefactos es lo suficientemente fiable como para que en muchas ocasiones un satélite cuyo periodo de utilidad se ha previsto en 5 o 6 años pueda operar durante dos o tres veces más tiempo. Pero de nada sirve que la electrónica y sensores del satélite sigan operativos si no posee combustible, ya que probablemente ni siquiera pueda orientarse correctamente para enviar sus datos a la Tierra. Disponer de una “gasolinera” en el espacio solucionaría este problema.

Además, se podría utilizar esa plataforma para intentar resolver algunos problemas que suelen aparecen en algunos satélites -sobre todo los de más edad- y que los dejan fuera de juego. El dispositivo ha sido desarrollado por el Goddard Space Flight Center que la NASA posee en Greenbelt (Maryland), y forma parte de lo que la agencia denomina “Robotic Refueling Mission”. La primera prueba del sistema tendrá lugar en la EEI, donde el robot Dextre, de fabricación canadiense, se encargará de efectuar pruebas simuladas de reabastecimiento de etanol y recambios de algunas piezas, como tapas, válvulas y mantas térmicas externas. Dextre utilizará sus propias herramientas para intentar acceder a los sistemas de combustible de los satélites, a pesar de que en la enorme mayoría de los casos sus válvulas y puertas de carga no han sido diseñadas para ser operadas en el espacio. “La forma en que han sido concebidos estos satélites hacen que esta misión sea realmente muy compleja”, dice el director adjunto del Space Servicing Capabilities Project de la NASA, Benjamin Reed. “Si la idea funciona, diseñaremos los próximos satélites de forma que puedan ser reabastecidos con mayor facilidad” , agrega.

Si todo sale como los funcionarios de la NASA han previsto, el primer satélite “de verdad” que se intentara reabastecer entrará en la gasolinera robótica en mayo del 2013. Será un satélite meteorológico cuya baja ha sido programada para esa fecha, y que servirá de “conejillos de indias” para probar las habilidades del robot encargado de suministrar el combustible. El dispositivo viajará al espacio sujeto a una plataforma de carga útil dentro de la bahía de carga del transbordador, añadiendo aún más expectativa al histórico despegue final del programa de transbordadores estadounidenses.

Escrito por Ariel Palazzesi

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