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Proyecto Moises: El futuro de Venecia

Sí, ya lo sabes. Pero lo decímos por si acaso: en Venecia hay mucha agua. Tanta que desde hace años se ha convertido en un problema. Pero Moisés podría cambiar su futuro y salvarla de quedar debajo del Adriático. El Proyecto Moisés es un plan, al menor estilo de los que elaboran los supervillanos de las pelis de James Bond, que podría hacer retroceder las mareas que acosan la ciudad gracias unas compuertas gigantes de acero. ¿Podrá el gobierno italiano salvar a la emblemática ciudad gracias a Moisés? Esperemos que sí, pero por las dudas que vayan pensando en el Proyecto Noé. ¡Nunca se sabe!

El Gobierno italiano, en el año 2002, aprobó el proyecto MOSES (por Moisés en italiano, pero también por las siglas MOdulo Sperimentale Elettromeccanico), que tiene prevista la construcción de una serie de diques gigantescos en Venecia, con un objetivo que es paradójico: proteger a la ciudad de las Aguas. Es que Venecia sufre de periódicas inundaciones desde hace más de 1.000 años y gran parte de la ciudad se encuentra permanentemente inundada. Pero el agua avanza cada día más y es imperioso proteger su insustituible arquitectura, que peligra por las crecidas del mar que socavan sus ya frágiles cimientos.

La obra, tildada por algunos de “faraónica” (no digas que no es gracioso) y que está en construcción desde hace 5 años, prevé utilizar unos 3 mil cuatrocientos millones de euros en su construcción. Dinero, claro, que sale del bolsillo de los contribuyentes. Además, cada año, el mantenimiento de los diques se llevaría otros 11 o 12 millones. Por supuesto, la belleza de Venecia debe ser preservada, pero eso no impide que algunos ciudadanos, más preocupados por sus estómagos o por cambiar el coche, crean que es demasiado dinero.

De hecho, en estos días la ciudad ha sufrido una de las peores inundaciones desde 1872. Pero “si Moisés hubiese estado operativo, Venecia no se hubiese inundado”. Al menos, eso es lo que dice Elena Zambardi, vocero del Consorzio Venezia Nuova, una empresa de ingeniería que, desde 2004, es la encargada de construir el titánico sistema de defensa.

El  proyecto Moisés estará compuesto por 78 grandes compuertas con el interior hueco, basculantes, que serán alojadas en el fondo de las embocaduras de la laguna. Durante las mareas bajas las compuertas permanecerán llenas de agua por lo que, como ocurre en un submarino, su propio peso las mantendrá sumergidas permitiendo el libre transito por encima de las mismas. Pero ante el pronóstico de las “aguas altas”, denominación que reciben en la zona a las mareas, estas compuertas se llenaran con aire comprimido, desalojando el agua que albergaban en su interior y recuperando su flotación. En esa posición, harán las veces de un dique capaz de contener las aguas del Adriático durante el tiempo que dure la crisis, generalmente no más de cinco horas.

El nivel de activación del sistema ha sido fijado para actuar con las mareas de más de 110 centímetros, y en la etapa de diseño los ingenieros consideraron varias alternativas constructivas para las compuertas. Una vez que estuvieron seguros de que el modelo “hueco-que-puede-llenarse-de-agua” era el mejor, construyeron una maqueta a escala que fue sometida a pruebas durante cuatro años. Esto les permitió evaluar el sistema a fondo, e incluso perfeccionarlo.

Moisés es impulsado principalmente por el estado italiano, y tiene como detractores a algunos grupos ecologistas, que dan cuenta del gran impacto ambiental que supone la construcción de semejante obra (sin aportar ideas que ayuden a salvar el patrimonio cultural de la ciudad). Incluso algunos ciudadanos, ya con más criterio, se atreven a dudar de su eficacia al decir que ya es obsoleto. Y podrían tener razón, porque lo que se esperaba iba a estar funcional en 2012, ahora tiene fecha de finalización para 2014. Así que en 4 años (y poco más) podremos comprobar si todo el esfuerzo puesto para poner en marcha a Moisés ha valido la pena. Si no, y como ya explicamos, el Proyecto Noé debería ser una alternativa viable, aunque (más allá del chiste) a todos nos pese perder una ciudad con tanta historia y cultura.

Escrito por Ariel Palazzesi

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