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Recargando portátiles vía USB

Los puertos USB se utilizan actualmente con múltiples propósitos, ya sean los que consideramos “normales”, o aquellos realmente extraños de ver junto a un ordenador. Una función típica es la de proveer energía para otros dispositivos. En promedio, un puerto USB no puede ofrecer más de cinco vatios, aunque hay soluciones especializadas que pueden duplicar ese valor. Sin embargo, con un “ligero” ajuste en la especificación oficial, un puerto USB podría ofrecer hasta un máximo de cien vatios, al mismo tiempo que retiene retrocompatibilidad con puertos y cables de uso cotidiano.

No podemos negar el hecho de que el USB tuvo un comienzo bastante frío. Su soporte inicial llegó en la época de Windows 95, pero fueron necesarios varios años para que esa “explosión” adoptiva se llevara a cabo. Hoy somos testigos de una cantidad impresionante de dispositivos que transfieren datos y se alimentan a través de un puerto USB. Y este último punto es el que nos trae aquí. Un pendrive no necesita de mucha energía para funcionar. Lo mismo sucede con algunos discos duros portátiles. Otros adoptaron un segundo conector USB para no recurrir a un transformador externo, pero también hay dispositivos (como por ejemplo el iPad 2), que no pueden ser cargados por USB a menos que se cumplan ciertas condiciones, o se disponga de hardware especial (como serían ciertas placas base Gigabyte). Dicho de otra forma, al USB tal y como lo conocemos, le falta energía.

Por ahora sólo podemos obtener unos cinco vatios de un puerto USB, aunque un reciente anuncio por parte del “Grupo Promotor USB 3.0”, en el cual encontramos nombres como Intel, Microsoft y HP, revela que se está trabajando en un ajuste sobre la especifiación actual, que podría elevar la capacidad de un puerto USB a unos nada despreciables cien vatios. Este nuevo estándar traería consigo varios beneficios. En primer lugar, sería compatible con la versión 1.2 de la “Especifiación de Carga de Baterías por USB”, y obviamente funcionaría tanto en USB 2.0 como en 3.0. En segundo lugar, la fuente como el destino de la energía pueden ser intercambiados dinámicamente. No habrá necesidad de “dar vuelta” al cable, y se podría realizar carga y transferencia de datos al mismo tiempo.

Y en tercer lugar, sería compatible con puertos y cables actuales, aunque no estamos seguros de cómo un cable USB genérico de 80 centímetros podría soportar cien vatios de energía. La nueva especificación tendrá una revisión preliminar durante el último trimestre del año, pero se esperan más detalles para la próxima conferencia IDF de Intel en el mes de septiembre. Si todo va bien, su publicación sería efectiva en los primeros meses de 2012, a lo cual le seguiría el lanzamiento de nuevos productos compatibles. Sería una interesante forma de decir adiós a los cargadores propietarios de los ordenadores portátiles. Un cargador, un cable USB, y que la portátil tome lo que necesite, con la intensidad que mejor le parezca. Lo esperaremos con ansias.

Escrito por Lisandro Pardo

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