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Sabor virtual: ¿Te pondrías un electrodo en la lengua?

El gusto podrá ser producto de una combinación entre reacciones químicas, señales eléctricas y temperatura, pero eso no quiere decir que sea algo exclusivo de sólidos y líquidos. Un reciente desarrollo de la Universidad Nacional de Singapur nos enseña a un simulador de gusto que reproduce virtualmente las cuatro sensaciones principales.

¿Cuántas veces hemos visto a alguien cocinando en la televisión y nos preguntamos sobre el sabor de lo que está preparando? ¿Cuántas veces se nos hizo agua la boca mientras escuchábamos a una persona hablar apasionadamente sobre una comida o un postre? No importa si se trata de algo que nos encanta o que detestamos desde hace tiempo, la regla indica que para sentir el gusto de algo, nos lo tenemos que llevar a la boca. Ahora, todo parece indicar que en la Universidad Nacional de Singapur lograron quebrar esa regla con un nuevo dispositivo: Se trata de un simulador basado en electrodos que se colocan sobre la lengua, cuyo objetivo es reproducir con la mayor fidelidad posible las cuatro sensaciones: Salado, dulce, ácido y amargo. Otro aspecto importante del simulador es que puede generar leves cambios de temperatura para alterar el “sabor virtual”. Esta combinación de estimulaciones térmicas y eléctricas no es invasiva, y hasta aquí, el prototipo logró reproducir sensaciones ácidas, saladas y amargas.

 

El doctor Nimesha Ranasinghe, miembro del grupo de ingenieros que participa en este proyecto, calcula que el simulador podría ser utilizado por los televidentes que siguen un programa de cocina, y también en videojuegos. Otro proyecto en el que está trabajando el equipo es una “paleta virtual”, con la capacidad de entregar todo el dulce de la clásica golosina, sin dañar los dientes. Este desarrollo se aleja drásticamente de todos los intentos previos basados en sustancias químicas. Su potencial es enorme, pero aún tiene ciertas limitaciones. Por un lado, no puede reproducir la sensación que conocemos como “umami”, y por el otro, nuestra capacidad de gusto también depende del olor y el color, algo que deberá incorporarse en versiones futuras.

Escrito por Lisandro Pardo

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