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Cómo ver películas en un lector de libros digitales

Antes de comenzar, si bien estamos hablando de películas, no nos referimos necesariamente a “reproducción de vídeo” tal y como lo conocemos. Las limitaciones de hardware en los lectores digitales son suficientes como para restringir en gran medida o prohibir por completo la reproducción de vídeo, pero si necesitas ver una película o el capítulo de una serie y lo único que tienes a la mano para el viaje es uno de estos dispositivos, entonces existe una alternativa: Convertir el vídeo en cuadros, conservando las escenas más importantes y los subtítulos, y exportarlo a formato PDF para “leer el vídeo”. Eso es iPlayer.

En estos días, la gran mayoría de las tablets puede lidiar sin problemas con la reproducción de vídeo. Si dejamos la alta definición a un lado, lo mismo se puede decir de las netbooks, a menos que cuenten con un chip de vídeo lo suficientemente poderoso, o con hardware de decodificación dedicado. Uno de los dispositivos que enfrenta serios problemas a la hora de reproducir vídeo es un lector digital. En esencia, un lector digital no está hecho para trabajar con vídeo, ni el fabricante espera que el usuario realice modificaciones que lo permitan. Una excepción a esta regla sería el Nook Color, ya que cuenta con el hardware necesario y un sistema operativo que permitirían, de una forma u otra, reproducir vídeo. En cuanto al resto, limitaciones de rendimiento general y la capacidad gráfica del papel electrónico son dos grandes barreras para una reproducción fiable.

Sin embargo, existe una alternativa. Es algo extraña, y no todos los usuarios estarán de acuerdo con ella, pero puede ser útil en determinadas situaciones. En vez de recurrir a otro hardware y enfrentar sus problemas de batería al reproducir vídeo, existe la posibilidad de convertir el vídeo en cuadros. En una película o el episodio de una serie, hay una enorme cantidad de cuadros que sólo sirven como medio de transición. Lo que hace este desarrollo es detectar aquellos cuadros más importantes, pegar los subtítulos en caso de que sea necesario, y convertir esos cuadros a imágenes. Una vez que el vídeo “dejó de ser vídeo”, puede ser reconvertido a formato PDF, para que lo puedas leer como si se tratara de un cómic o una novela gráfica.

Evidentemente se trata de una prueba de concepto, pero su desarrollador continuará el proyecto buscando una solución que sea más sencilla para el usuario final. En promedio, el PDF de un episodio tiene un tamaño de 20 MB, algo sin dudas accesible para la gran mayoría de los lectores digitales. Ahora, si algo como esto resulta viable en el corto plazo, todavía no lo sabemos. Las limitaciones intrínsecas de un lector digital sumadas a todo el proceso de captura y conversión al que debe ser sometido un vídeo puede ser demasiado para quien desee una solución rápida. Hay otras diferencias más importantes entre una tablet y un e-reader que la reproducción de vídeo. Este desarrollo claramente no cubre el vacío, pero de todas formas, es una novedad muy interesante.

Escrito por Lisandro Pardo

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