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WiGig: Transferencias WiFi de alta velocidad

¿Quién no sueña con tener a su ordenador completamente libre de cables? El simple hecho de colocar a dos sistemas en red puede ser una pesadilla en algunos hogares, obligando a sus dueños a perforar paredes e instalar cables por todas partes. El WiFi ha ayudado mucho a resolver este problema, pero con la llegada del vídeo de alta definición y transferencias de datos cada vez más grandes, el WiFi tal y como lo conocemos, se está quedando atrás. Así es como surge la idea de WiGig, una tecnología que intentará traer a nuestros hogares transferencias gigabit en forma inalámbrica.

El protocolo 802.11n es el que mayor velocidad de transferencia WiFi permite en estos días, con un máximo teórico que alcanza los 600 megabits por segundo. Sin embargo, el protocolo aún no fue aprobado por la IEEE, está muy poco difundido, y son contados con los dedos los dispositivos que lo soportan. Por esta razón, la mayoría de los aparatos wireless recurren al protocolo 802.11g, que habilita transferencias de hasta 54 megabits por segundo. Esta velocidad de transferencia es más que suficiente para realizar cualquier clase de operaciones en red, como navegar en Internet o compartir archivos, pero el problema surge cuando se quiere hacer algo que realmente pueda devorar el ancho de banda disponible, como el "streaming" de vídeo de alta definición, como podrían ser vídeos 1080p.

La idea de una sala de estar sin cables en el medio suena muy tentadora. Por esta razón y muchas tantas otras relacionadas con el rendimiento WiFi, la Wireless Gigabit Alliance ha propuesto la creación de la tecnología WiGig, que permitiría alcanzar velocidades de transferencia en el rango de los gigabits, algo que ya es posible en redes convencionales. Hay que ver a WiGig como una extensión del WiFi existente, y no como algo completamente independiente. Se ha propuesto que WiGig utilice una frecuencia de 60 Ghz, que puede ser utilizada sin ninguna restricción alrededor del mundo, ya que nadie ha pagado por la exclusividad de su uso. Sin embargo, hay un inconveniente. Las frecuencias de la banda EHF se ven seriamente afectadas por la atenuación atmosférica, debido a una resonancia con las moléculas de oxígeno presentes en el aire. Debido a esto, el alcance de WiGig sería muy limitado, al punto de que las transferencias gigabit no se puedan lograr más allá de una simple habitación.

Pero los 60 Ghz aportan un beneficio, y es que las transferencias no recibirán interferencias por parte de otras frecuencias. Ya hay varias empresas que han apoyado la iniciativa, entre ellas Broadcom y Atheros, de quienes se puede ver un chip en casi cada dispositivo wireless disponible. Si cuenta con el apoyo suficiente de los fabricantes tanto de hardware como de software, el sueño de la sala de estar libre de cables estará mucho más cerca de lo que imaginábamos.

Escrito por Lisandro Pardo

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