Una vez más aprovechamos la oportunidad para recordar la importancia de mantener una buena política de mantenimiento en nuestros ordenadores, basada en limpiezas programadas y sesiones de desfragmentación. El mercado está plagado de soluciones que intentan proveer al usuario de optimizaciones a través de un simple clic, y el reciente WinMate es uno de ellos. Esto es lo que encontramos.
Me han visto escribir sobre esto unas treinta veces, así que esta será la treinta y uno, sólo que usaré otras palabras: La seguridad es molesta, el mantenimiento también. Cualquier usuario quisiera ser optimista y esperar que el sistema operativo se encargue de estas dos cosas automáticamente, pero siendo honestos, hace un trabajo horrendo. Ya son incontables los ordenadores que he encontrado con instalaciones de Windows que tienen más de dos o tres años, cuyos usuarios se niegan a purgar el sistema debido a que tienen “información muy importante” guardada, pero ningún respaldo de la misma ya sea porque no saben hacerlo, o porque simplemente no quieren hacerlo. De esta forma es que aparecen los “optimizadores” de sistema, ofreciendo soluciones mágicas con un sólo clic, y la promesa de evitar la ruta escénica con horas de reinstalación y configuración.
WinMate, lanzado hace pocos días, cae en esta categoría. Encontramos diferentes secciones dedicadas a limpieza de registro, purga de archivos temporales, y horrores específicos como la desfragmentación de la memoria RAM. Después encontramos la típica lista de entradas que “requieren optimización”, pero que no ofrecen ninguna explicación al respecto, aunque fue posible detectar una dosis frecuente de “tweaks falsos” como descargar los archivos DLL de memoria en forma anticipada para “acelerar” el sistema. La única sensación de velocidad viene a partir de la desactivación de algunos efectos asociados a Aero, algo que cualquier usuario puede hacer manualmente sin la necesidad de instalar software.
Si eso no parece suficiente, en la primera ejecución el programa se colgó, y Kaspersky arroja un berriche o dos, aunque todo parece indicar que se trata de un falso positivo. La traducción al inglés del programa es espantosa, un detalle menor, pero que hace la lista de problemas más grande. No hay forma en la que pueda, al menos personalmente, recomendar a WinMate. Algunos se preguntarán por qué hablamos de este programa si es malo. Porque la realidad del software es exactamente esta. Los programas buenos son la excepción, y no la regla. Existen miles de alternativas, y sólo un puñado de ellas son las que realmente merecen nuestra atención. Y estos “optimizadores de un clic” están en todas partes, tentando usuarios y arrojando al inframundo sistemas enteros. La ruta escénica podrá ser insoportable, pero también es necesaria, siempre y cuando deseen que su ordenador funcione, claro.
