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Actualización de hardware por software (Opinión)

Las actualizaciones de hardware siempre han estado asociadas a recambios de piezas o reemplazos de sistemas enteros, pero la gente de Intel ha presentado una forma de actualización que no requiere de herramientas y/o conocimientos de hardware, sino un simple código, una visita a una página web, y un reinicio del ordenador. La gran pregunta es si esto realmente ofrece un beneficio al consumidor final, o si se trata de otra forma más de control que Intel ejerce sobre su propiedad.

Hoy en día, cualquier usuario de Windows Vista o Windows 7 puede actualizar su sistema operativo a una edición superior simplemente "liberando" funciones adicionales a través del "Windows Anytime Upgrade". En cierta forma, esto permite ahorrar algunos billetes al comienzo, y en un futuro cercano, entregar la posibilidad al usuario de expandir su instalación de Windows. La teoría es buena, pero gran parte de los beneficios se ven truncados por la misma naturaleza de las licencias OEM. En otras palabras, un usuario compra un ordenador, pero no puede escoger qué Windows desea como base en él. Uno de los beneficios de las actualizaciones dinámicas es que demandan muy poca intervención por parte del usuario. E invocando la eterna fórmula de "costo y beneficio", Intel ha presentado al procesador G6951, un chip "de bajo costo", pero con una vuelta de tuerca: Por cincuenta dólares, un usuario puede comprar una "tarjeta de actualización", la cual descarga un software capaz de "liberar" al procesador, y hacerlo más rápido.

El hecho de bloquear, liberar y renombrar procesadores no es algo nuevo. Cualquier usuario de AMD con un procesador Black Edition conoce muy bien las virtudes de un chip con un multiplicador liberado, convirtiendo a un hardware de término medio en un monstruo del overclocking. Pero lo llamativo aquí es, sin lugar a dudas, la intervención del software. La presencia del factor software agrega un nivel de facilidad y flexibilidad importante, pero al mismo tiempo no deja de ser un vector débil. En el pasado, quienes deseaban cambiar los multiplicadores de un CPU requerían de una buena dosis de habilidad y una enorme cantidad de sangre fría para llevar la operación a buen puerto, pero desde que se conoció la noticia nadie ha dejado de mencionar la posibilidad de que alguien pueda replicar el software de liberación, o al menos, la forma en la que trabaja, esparciendo por la Web de forma efectiva "actualizaciones de hardware gratuitas".

En el aspecto estrictamente comercial, pienso que no es una mala idea. Un sistema cerrado, dentro de su período de garantía y en las manos de un usuario que no conoce nada sobre el interior de un ordenador  puede obtener por un precio "justo", una actualización que le de un poco más de empuje a su sistema, sin pasar por el traumatizante proceso de abrir el ordenador y cambiar partes. Al mismo tiempo, aplicar una filosofía especialmente diseñada para el software, sobre el hardware que adquirimos y poseemos no parece cerrar del todo. El mercado informático continúa tratando de utilizar conceptos como "derechos" y "licencias", otorgando al usuario el acceso al contenido, pero nunca la propiedad. Ninguno de los dos conceptos funciona del todo bien sobre el software, y sería una pena que afecten de forma negativa al hardware. Por otro lado, es razonable que Intel utilice como conejillo de indias a un procesador de bajo costo. Si la idea tiene éxito, especialmente en aquellas regiones en las que un procesador como el G6951 resulta popular, podría extenderse a procesadores de línea superior. De lo contrario, lo único que tiene que hacer es cancelarlo. De todas formas, actualizar hardware por software es definitivamente diferente a lo que estamos acostumbrados. Sólo el tiempo dirá como se asimila.

Escrito por Lisandro Pardo

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