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Cómo suenan las estrellas

Estrellas según tamaño

Teorizando sobre las estrellas y el Espacio, la pregunta sobre cómo suenan estas gigantescas masas de posibilidades surge al instante. Pero si se dice que en el Espacio no hay sonido, ¿cómo es que los científicos están pudiendo recopilar mucha información sobre ellas y hasta categorizándolas en base a cómo suenan las estrellas? En este mini informe te lo contamos.

En el espacio nadie podrá escuchar tus gritos, pero…

En el espacio vacío, no hay aire. El “sonido”, por su parte, no es más que una serie de vibraciones en el aire. Por lo tanto se podría deducir correctamente que en el Espacio no podemos escuchar nada. Así, desprovistos de la posibilidad de escuchar la música de los planetas y de las estrellas, seríamos espectadores insatisfechos de una maravilla incompleta. Sin embargo, que no se pueda escuchar algo en el Espacio no quiere decir que los cuerpos y fenómenos que lo componen no tengan la potencialidad de producir una señal audible, así sea que tengamos que utilizar instrumentos que conviertan las ondas de luz y radio a sonido.

Este procedimiento es el que se elige a la hora de trasladar la actividad de un cuerpo celeste a un tipo de señal que nosotros podamos interpretar como sonido, utilizando telescopios, radares y ordenadores. Gracias a esta traslación de las ondas de radio y de luz, y la interpretación que hacen de ellas nuestros dispositivos técnicos y humanos, pudimos llegar a conformar sonidos aproximados de, por ejemplo, cómo suena una estrella. Y en base a ello deducir algunos datos sobre su estructura, tamaño, su gravedad y su estado de evolución.

El video anterior nos hace parte de las diferencias existentes en el tipo de “silbido” que hace cada estrella (que recordamos está basado en las señales de luz que emiten posteriormente convertidas a señales auditivas). Así es que podemos escuchar a la estrella enana, a la sub gigante y a la gigante roja. La categorización se desprende de la conceptualización y cuantificación de algunas características. Por ejemplo, el sonido representa variaciones en el brillo de la estrella, las variaciones tonales devienen de las enormes manchas solares a medida que gira la estrella. El silbido es parte de la granulación que existe en la superficie de la estrella basado en la naciente de gas caliente y la descendiente de gas frío, lo que crea parches fríos que parpadean. Ese parpadeo es lo que es detectado por el telescopio espacial Kepler y los científicos pueden trasladar la luz al sonido.

Categorización de estrellas según su sonido

Las variaciones tonales de las manchas solares indican la velocidad de giro de una estrella, y si no existe demasiado silbido por granulación, los científicos reconocen a estas estrellas como enanas símiles a un Sol. Si existe una variedad tonal menor, hablamos de una estrella de giro lento, y si a la vez hay mucha granulación, estamos frente a una estrella sub-gigante. Por último, ante una variación tonal menor y muchísima cantidad de silbido por granulación, lo que estamos escuchando es una estrella de muy baja velocidad de giro y de tamaño masivo, como una gigante roja.

La importancia de escuchar estrellas

La ciencia busca regularmente medios para hacer más accesible y menos laborioso el análisis del Universo. Esto no implica que los científicos sean perezosos, sino que hay una necesidad imperiosa de apuro, ya que nuestra vida es corta y el Universo pareciera ser infinito (aunque no lo sea). Ante la idea de una presencia inteligente extraterrestre y con la esperanza de encontrar planetas habitables por los humanos, los procedimientos que acortan distancias y tiempos son fundamentales, y en este caso la categorización de estrellas nos puede servir para encontrar más rápido algunos planetas extra solares en el camino de éstos frente su estrella anfitriona, su Sol.

La imposible posibilidad de escuchar una estrella de cerca

Dejando de lado la técnica y siguiendo a la teorización que nos incentivó en primer lugar, se nos da por preguntarnos sobre la posibilidad real de escuchar una estrella sin instrumentos ni traslación técnica. La respuesta primigenia es la negativa, por lo anteriormente explicado. Ahora, en el caso de una Supernova (una explosión estelar), el escenario se podría “maquillar” un poco como para que sea posible escuchar una estrella a “oído limpio”, es decir, sin ningún tipo de traslación técnica.

La posibilidad radica en que al explotar una supernova, la detonación expulsa una masiva cantidad de material estelar al espacio, y tal vez esa materia podría generar el medio a través del cual las ondas de sonido podrían viajar.  La primera onda viajaría a más de 32.186 kilómetros por segundo con una carga de 1044 julios de energía, lo que equivale a 1048 (o 1027 en el sistema norteamericano y francés) dispositivos termonucleares de 2 megatones de potencia detonados simultáneamente, según explica Charles Liu de la Universidad de New York.

¿Qué sonido haría una supernova explotando?

Esto obviamente es imposible en una situación real, ya que no hay forma de acercarse lo suficiente a una estrella como para escuchar el sonido que haría si explotase, ya que el calor nos derretiría millones de kilómetros antes de estar a un rango audible. Pero bueno, tal vez algún día encontremos la forma de crear un material tan resistente al calor y a las explosiones estelares, que nos deje escuchar el sonido de una supernova, aunque eso probablemente vaya a ser lo último que hagamos en nuestras vidas.

Escrito por Nico Varonas

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