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NASA financiará el desarrollo de una impresora 3D de comida

La alimentación es una de las tantas ramas que pueden aprovechar el enorme potencial de las impresoras 3D. Aunque la tecnología continúa siendo relativamente costosa para incorporarla a los hogares, todos sabemos que es una cuestión de tiempo y demanda para que las impresoras 3D lleguen a escritorios y cocinas (a menos que aparezca algo mejor en el camino). Ahora, quien parece tener mucho interés en las impresoras 3D para “crear” comida es la NASA. La empresa Systems & Materials Research ha recibido de la agencia unos nada despreciables 125 mil dólares con el objetivo de desarrollar un prototipo del primer sintetizador universal de comida, comenzando con una de las comidas más populares: Pizza.

“Se te quemó el pan”, le dijo Súper Sónico a Robotina antes de irse a trabajar. El detalle está en que Súper se había comido algo con el tamaño de una cápsula, en vez de un desayuno completo. Si bien no sabemos con exactitud hasta qué punto se podrá procesar la comida, y qué tan reales se volverán estos ejemplos que han tomado por asalto a la ciencia ficción, lo cierto es que “la comida” en general deberá cambiar algunas de sus reglas, para adaptarse a un futuro con mayor población, costos en aumento, y una mayor presión sobre el medio ambiente. Una alternativa que ha estado ganando tracción en los últimos tiempo es la impresión de comida. De la misma forma que una impresora 3D puede hacer piezas complejas a partir de plásticos y metales, todo lo que produzca una impresora de comida estará listo para consumir.

Las últimas novedades en impresión de comida nos llevan a la NASA, que financiará con 125 mil dólares el desarrollo de un prototipo de sintetizador universal de comida, proveniente de Anjan Contractor y su empresa Systems & Materials Research. La idea es que esta impresora sea utilizada en misiones espaciales a largo plazo, como por ejemplo una visita a Marte. Contractor explica que como “largo plazo” tienen en mente unos quince años, y que todos los nutrientes, carbohidratos y proteínas están en forma de polvo. Una vez que se elimina la humedad, estos ingredientes pueden quedar almacenados por treinta años, y lo único que debe hacer el usuario es “cambiar los cartuchos” de la impresora para preparar diferentes comidas. El prototipo de la NASA estará enfocado sobre pizza, hecha en tres capas: Masa, pasta de tomate, y una “capa proteínica” derivada de leche, plantas, o incluso insectos.

En ese último punto nos queremos detener. Contractor cree que su impresora puede tener un lugar de privilegio en toda cocina, además de operar en el espacio. Hace poco tiempo, Naciones Unidas recomendó consumir insectos para combatir el hambre. Y aunque existen ciertas personas que no tienen problemas en comerse un plato de gusanos, lo más probable es que estas fuentes alternativas de nutrientes tengan una mayor aceptación si son procesadas y servidas de forma conveniente. Otro punto a favor de la impresión de comida está en una drástica reducción del desperdicio. La impresora estará basada en la RepRap, y su software será completamente open source, permitiendo a todo interesado estudiar el código, mejorarlo, y crear nuevas “recetas”.

Escrito por Lisandro Pardo

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