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NASA se pregunta: ¿A qué huele el espacio?

Es posible que nunca te haya desvelado la pregunta del título. Y, en rigor de verdad, tampoco nos ha quitado el sueño a quienes hacemos NeoTeo. Sin embargo, parece que dentro de poco tendremos una respuesta a esta cuestión. Es posible que, si les va bien con la venta de las pistas de audio con el sonido de Marte, la NASA ofrezca algún perfume con “olor a espacio”.

NASA” es, para todo el mundo, sinónimo de aventura espacial. El nombre de esa agencia simboliza la llegada del hombre a la Luna, las misiones exitosas a Marte y las últimas fotos tomadas a Mercurio. Sin embargo, no todo lo que hace la NASA implica un largo viaje estelar. Sus ingenieros y científicos también, lo sabemos ahora, se encargan de algunas cuestiones bastantes más extrañas. Por ejemplo, crear una fragancia que reproduzca el olor que perciben los astronautas cuando realizan sus paseos espaciales (no, no estamos haciéndote una broma).

En efecto, la agencia espacial estadounidense ha delegado en un químico y creador de fragancias llamado Steven Pearce una difícil tarea. Este experto debe recrear el olor del espacio en un laboratorio bien terrestre. Para efectuar su trabajo debe confiar en el olfato de los astronautas que han hecho el viaje, ya que Pearce nunca ha visitado el espacio. Los testimonios recogidos hasta ahora sugieren que, para tener éxito, el químico deberá mezclar el característico (y apetitoso) olor de un filete a la plancha con el que despide el metal caliente y la soldadura. Steven Pearce no es ningún improvisado: fue contratado por la NASA tras reproducir el olor de la estación rusa MIR.

Detrás de esta aparentemente poco útil tarea, se esconde un objetivo estratégico de la NASA. En efecto, se buscar recrear del modo más fidedigno posible las condiciones con las que se encontrarán los cosmonautas cuando realicen sus paseos espaciales. El olfatear filetes y metal caliente será parte de su entrenamiento en la Tierra. Consultado al respecto, Steven dice que la NASA supo lo que había hecho con el “olor a MIR” y le pidió ayuda. "Hay pocas pistas en las que nos podamos basar", afirma. Como deciamos, solo disponen de “las entrevistas con los hombres y mujeres que han estado ahí fuera, que luego de regresar a la Estación Espacial Internacional (EEI) han contado que, al quitarse el traje, han percibido olores muy especiales". Y nosotros que pensabamos que dentro de sus trajes sólo se olían sus propios (ejem) gases.

Dejando de lado la posibilidad de que esto solo se deba a que los muchachos de la EEI añoran el sabor de un buen trozo de carne asada, resulta al menos curioso que el espacio huela como una gran barbacoa. Pero claro: han estado alli, y tenemos que creerles.

Escrito por Ariel Palazzesi

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