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Número de Dunbar y las relaciones sociales

El antropólogo británico Robin Dunbar postuló en 1992 que el número de relaciones sociales que podemos mantener está determinado por el tamaño de nuestro neocórtex. Según el científico, los humanos actuales somos capaces de relacionarnos efectivamente con aproximadamente 150 individuos. Esto ha sido comprobado de diferentes maneras, teniendo en cuenta el tamaño de las poblaciones prehistóricas, la cantidad de soldados de las unidades militares romanas o la cantidad de académicos que puede trabajar cómodamente en un mismo tema. Pero, ¿qué ocurre cuando no se respeta este número?

Existen hallazgos científicos que resultan absolutamente asombrosos. ¿Alguna vez habías pensado que nuestra estructura cerebral podría limitar la cantidad de relaciones que podemos mantener a la vez con otros humanos? Seguramente no. Pero el antropólogo británico Robin Dunbar encontró que nuestro neocórtex tiene una capacidad finita para “tratar” con nuestros semejantes, y que superado un cierto número de relaciones, el grupo simplemente es incapaz de funcionar bien. Dunbar, en 1992, se basó en la observación de grupos de primates no humanos para predecir el tamaño del grupo social óptimo que podría mantener un cerebro humano. Luego de trabajar mucho sobre el problema y analizar 36 géneros de primates, predijo un tamaño de 147.8 (usualmente referido como 150) como límite para la cantidad de individuos que pueden desarrollarse plenamente en un sistema determinado.

el número de relaciones que podemos mantener está determinado por el neocórtex.

Los primatólogos habían notado que los primates necesitan mantener un contacto personal con los demás miembros de su grupo social para que este no pierda cohesión. Pero el número de miembros del grupo con los que un primate cualquiera puede mantener un contacto más o menos estrecho depende de la capacidad de su cerebro -concretamente la zona del neocórtex– para procesar la información disponible. Dunbar encontró que ese número mágico parece estar limitado por el volumen de la neocorteza cerebral, y que hay un tamaño de grupo social óptimo para cada especie. Al comparar los resultados obtenidos y las predicciones elaborados durante el estudio de los primates con los grupos humanos, encontró muchas coincidencias. El neocórtex humano se desarrolló hace alrededor de 250.000 años, por lo que el científico buscó literatura antropológica y etnográfica que le permitiese para realizar una especie de censo sobre tamaños de grupos sociales existentes en las antiguas sociedades nómadas. El resultado fue el esperado: tal como el tamaño de su neocórtex hacia presuponer, los humanos -históricamente- formaban grupos conformados por un número de individuos que caían dentro de tres categorías: de 30 a50, 100 a 200, y 500 a 2500 personas.

El tamaño estimado de un poblado granjero de la era neolítica también parecía aproximarse a este valor predicho por Dunbar. Y no solo eso: un asentamiento de huteritas -un movimiento de carácter protestante establecido en Dakota del Sur (Estados Unidos) bajo la fórmula de comunidad agrícola religiosa entre 1873 y 1875- llegaba al punto de quiebre y separación cuando alcanzaba ese valor, y el máximo número de académicos capaces de trabajar juntos o el tamaño básico de una unidad militar profesional en la Roma antigua también es óptimo alrededor de 150. Obviamente, había que determinar cuál era el incentivo que tenían los grupos de ese tamaño para mantener su cohesión. Luego de efectuar algunos cálculos, Dunbar concluyó que el grupo dedicaba aproximadamente el 42% del tiempo disponible a la “socialización”. El conocer bien a tus compañeros es indispensable para poder funcionar como un equipo, y en los grupos más grandes simplemente esto no es posible: el tiempo necesario para socializar con todos sus integrantes se dispara rápidamente, y termina consumiendo todo el esfuerzo de los individuos. Además, tanto las tribus nómadas como los grupos militares, al tener unos 150 integrantes, podían estar casi siempre cerca físicamente. Todo esto hizo que el llamado “número de Dunbar” se convirtiese rápidamente en un tema de interés dentro de la antropología, la sociología, las estadísticas y hasta la administración de empresas.

Funcionamos mejor en grupos de hasta 150 personas.

No respetar ese número tiene consecuencias más o menos graves para un grupo de humanos. Por ejemplo, el número de Dunbar se ha aplicado a distintos tipos de políticas sociales para analizar su viabilidad. Se ha demostrado que a pequeña escala -menos de 150 individuos-  el socialismo, el fascismo y otras ideologías centralizadas funcionan adecuadamente. Pero al aumentar la población, surgen problemas debido a la dificultad de mantener relaciones óptimas  entre los individuos. ¿Significa esto que no podemos tener poblaciones más grandes que las “permitidas” por este número? En absoluto. Hoy día disponemos, además del viejo y útil neocórtex, de otras herramientas muy eficientes para cohesionar un grupo. No hace falta que trates personalmente a tu líder para conocerlo. Los medios de comunicación, por ejemplo, ayudan a mantener cohesionado el grupo. El estudio de Dunbar se centra en sociedades en que la tecnología era casi nula, por lo que los grupos actuales a veces -como es evidente- logran escapar a su influencia. Sin embargo, a la hora de manejar una empresa, un grupo de reclutas o los clanes en mundos virtuales como el World of Warcraft, no es mala idea recordar la existencia del número de Dunbar, ¿no te parece?

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Escrito por Ariel Palazzesi

14 Comments

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  1. Curioso reportaje, quizas nunca le haya puesto mucha atencion ya que raramente mis circulos sociales sobrepasan las 100 personas por ocasion (reuniones, fiestas, estudio, trabajo), y raramente trabajo en grupos superiores a 20.

    Quizas solo es util en partes administradoras en el mundo actual.

  2. Con razón no me iba bien jugando Age, me imagino que las relaciones personales de mi poblacion de 200 era causal de guerra¡¡¡¡

  3. "¿Significa esto que no podemos tener poblaciones más grandes que las “permitidas” por este número? En absoluto. Hoy día disponemos, además del viejo y útil neocórtex, de otras herramientas muy eficientes para cohesionar un grupo."

    A pesar de la influencia de la tecnología, sigo sintiendo los compromisos sociales como un lastre. Tal vez mi neocórtex está horrorosamente deteriorado, o necesito una serie de terapias.

    Algunos dicen que cada relación humana es un abrir y cerrar de un círculo… si uno no cierra "un círculo" o no termina con esa relación, ¿esa persona disminuye nuestro número a 149? Porque si es así… ya no quiero ver a nadie XD.

  4. ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡

    con razon mi vecino nunca me dejaban entrar a clanes su clan en hero online (tenia 152)

      • XDDDDD !!!!

        ¡Muy cierto! Por alguna razón caes muy pesado men, me recuerdas un tipo en la U que es amigo de ‘todos’ pero nadie lo soporta, igual que tu hace preguntas y comentarios super obvios

  5. estoy deacuerdo con luc, es q esto se hizo saco de los primates y se proyecto a los humanos en general, sin tomar en cosideracion tantas variantes, eso es lo q pasa, en los estudios, todo se debe tener en cuenta, hasta lo q no esta ahi

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