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Sony Mavica Printer: La impresora fotográfica de 1999 que lee discos floppy

Antes de la era flash, Sony apostó fuerte por los diskettes…

Sony Mavica Printer FVP-1

Si un solo archivo JPG puede ocupar docenas de megabytes en estos días, la pregunta es, ¿cómo guardábamos imágenes a principios de siglo? En primer lugar, la resolución no era tan alta que digamos, y en segundo lugar… usábamos diskettes. Las ventajas naturales de la memoria flash eran obvias, pero esa tecnología tardó en llegar a las manos del consumidor, y Sony cubrió el vacío con su línea Mavica de productos. Entre ellos se destacan varias cámaras digitales, y la notable Sony Mavica Printer FVP-1, una impresora fotográfica hogareña capaz de leer diskettes directamente, sin usar un ordenador…


La fotografía digital no es más que una función secundaria en dispositivos modernos, pero a finales del siglo XX, «era el futuro». El mercado maduró rápidamente, algunos gigantes de la industria la pasaron muy mal, y otros aprovecharon el proceso de transición para lanzar nuevos productos. Con eso en mente llegamos a Sony, su expansión de la línea Mavica (Magnetic Video Camera), y la adopción de diskettes tradicionales como medio de almacenamiento.

(N. del R.: El vídeo no tiene thumbnail, pero funciona)



Las primeras dos cámaras digitales con el nombre Mavica y soporte floppy fueron la FD5 y la FD7, ambas debutando entre 1997 y principios de 1998. En poco más de un año, la resolución dio un salto muy importante (de hecho, casi veinte cámaras Mavica con floppy aparecieron en el período 1997-2002), pero faltaba algo más en la ecuación, y era la impresión de estas fotografías en una calidad aceptable. Sony respondió con la Sony Mavica Printer FVP-1, que además de leer diskettes directamente, funcionaba de manera independiente. Clint del fabuloso canal LGR logró acceder a una de estas impresoras, cerrada en su caja original…


Imprimiendo con la Sony Mavica Printer FVP-1 de 1999


La Sony Mavica Printer FVP-1 llegó a las estanterías con un precio de 500 dólares, casi el doble si lo ajustamos por inflación. Semejante inversión no era sencilla, pero las impresoras convencionales simplemente no estaban a la altura, y el objetivo de Sony era brindar una solución viable a quienes ya formaban parte del ecosistema Mavica. Sacar el diskette de la cámara, introducirlo en la impresora y obtener una copia física en menos de dos minutos era una dinámica muy diferente.

Clint hace un sólido repaso por la evolución tecnológica que llevó a Sony a lanzar la Mavica Printer FVP-1, pero no tardó en confirmar dos detalles interesantes. Por un lado, todavía es posible obtener el papel fotográfico compatible a precios razonables (y aún con su costo original, era la mitad de lo que demandaba un kiosco Kodak en 1999 por una foto de 4×6), y por el otro, la impresora no necesita un ordenador, pero no puede escapar al televisor.

De más está decirlo, la calidad final depende de qué tan buena sea la imagen original, sin embargo, la FVP-1 tiene un truco extra: La impresión de capturas de vídeo. Clint hizo algunas pruebas con una PlayStation 1 y Duke Nukem, y sus resultados fueron excelentes.


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Escrito por Lisandro Pardo

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