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Commodore Amiga: Un ordenador legendario

El Commodore Amiga fue un ordenador personal con extraordinarias capacidades multimedia, de gran éxito en las ultimas dos décadas del siglo pasado. Estos ordenadores fueron comercializados entre 1985 y 1994 y su bajo precio, sumado a sus características multimedia mucho más avanzadas que los PC de la época, lo hicieron el favorito de los amantes de los videojuegos.

La historia del Commodore Amiga comienza a principios de los años 80s, con la creación de una empresa llamada Hi Toro en Los Gatos, California, financiada con fondos aportados (según la leyenda) por un grupo de adinerados dentistas de Texas. Su primer presidente fue Dave Morse, y el objetivo de Hi toro era crear “la máquina de videojuegos definitiva”, una consola que les permitiese quedarse con gran parte del mercado de los videojuegos, que en aquella época estaba en manos de Atari y Atari 2600.

Commodore Amiga 1000 (1985)

Justamente Jay Miner, el creador de la consola Atari 2600 y del ordenador Atari 800, que recientemente había renunciado de Atari porque sus directivos no querían abandonar el microprocesador 6502 como “cerebro” de sus nuevos productos, fue contratado por Hi Toro para llevar adelante el proyecto. Miner sugirió que se diseñase una máquina basada en un  microprocesador de 32/16 bits (el potente Motorola 68000) y que eventualmente pudiese expandirse para ser utilizado como un ordenador. Se formó un equipo de trabajo y poco tiempo después -por sugerencia de los inversores- se cambió el nombre de la empresa a “Amiga”. Algunos creen que se decidieron por este nombre en español porque, además de su significado, estaba alfabéticamente ubicado antes que Apple o Atari, sus competidores.

Mientras que Amiga diseñaba su consola, el mercado de los videojuegos comenzaba a hacer agua frente a la expansión de los nuevos ordenadores domésticos. Eran épocas en las que hacían furor los Apple-II (el primer ordenador personal con gráficos a color), el Commodore PET y el Radio Shack TRS-80, todos con 4Kb de RAM. Muchos fabricantes de equipos electrónicos “tradicionales” lanzaban modelos propios, como Texas Instruments con el TI 99/4, Sinclair con su ZX-80 y ZX-81 y Commodore con el VIC-20. Uno o dos años más tarde todo explotaría con la aparición del Sinclair Spectrum, los MSX y el  Commodore 64. Los ordenadores ya tenían color y sonido, y sus juegos eran tan buenos -o incluso mejores- que los de muchas consolas.

Placa principal de una Commodore Amiga 500

Frente a este panorama, los inversores de Amiga comenzaron a pensar que quizás fuese una buena idea reformar el diseño de su consola original para convertirla en un ordenador. De esta manera, el equipo de Jay Miner empezó el diseño del auténtico Amiga, de nombre clave “Lorraine”  (que “casualmente” era el nombre de la mujer de Dave Morse). Entre los usuarios ya comenzaba a sonar insistentemente un rumor que vaticinaba la aparición de un ordenador con increíbles capacidades gráficas, sonoras y una cantidad de memoria nunca vista. A finales de 1983 se terminaron de diseñar los tres chips de apoyo del 68000, y una primera versión del ordenador se presenta en el Consumer Electronics Show (C.E.S.) que tendría lugar en Las Vegas en Enero del 84. En ese momento, se terminaron los 7 millones de dólares de la inversión inicial.

El ordenador, en realidad, era un amasijo enorme de cables y chips.
Lo que finalmente serían tres circuitos integrados (Agnus, Daphne y Portia) eran todavía tres grupos de ocho placas cada uno, cableadas entre sí y colocadas dentro de tres torres. Durante el CES solo se mostró el  prototipo en privado, haciendo exhibiciones dentro de una pequeña habitación. Quienes tuvieron la suerte de verlo en funcionamiento quedaron alucinados por sus prestaciones, y la empresa recuperó la esperanza de poder sobrevivir económicamente. Hi Toro consiguió el dinero necesario para fabricar versiones de silicio de Agnus, Daphne y Portia, y volvieron en junio al CES de Chicago. Esta vez, el ordenador sí parecía un ordenador y así se mostró al público en general. Algunos aseguran que la gente miraba debajo de la mesa en que estaba el Amiga buscando el “gigantesco ordenador que estaba generando esos gráficos y sonidos”. Los rumores sobre el “super ordenador para juegos” eran ciertos.

Su memoria RAM podía ampliarse a 8MB

Lamentablemente, la situación económica de Amiga luego del esfuerzo de fabricar el primer modelo era pésima. Después de intentar un acuerdo con gigantes como Sony, Philips, Apple, Hewlett Packard o Silicon Graphics, y un fracasado intento de compra por parte del recientemente expulsado director de Commodore Jack Tramiel, la empresa Commodore Bussiness Machines se quedó con Amiga. Era el año en que IBM deslumbraba al mundo con su PC AT, basado en el chip 80286 de Intel, una unidad de disco 5″1/4 de 1’2 MB y 256 KB de RAM, que sin monitor ni tarjeta de vídeo costaba 4.000 dólares.

El 23 de junio de 1985 se presentó en el Lincoln Center de Nueva York el Amiga 1000, primer modelo comercial de esta estupenda máquina, con el lema “¡Sólo el Amiga lo hace posible!“. Andy Warhol, uno de sus más famosos y apasionados usuarios, creó delante del público presente el  retrato de Debbie Harry, la vocalista del grupo “Blondie“. B.B.King, Arthur C. Clarke, y una larguísima lista de artistas utilizaron modelos de Commodore Amiga para desarrollar sus trabajos.

Ultima versión del Amiga OS.

Las características básicas del Amiga 1000 de 1985 incluían un Motorola 68000 de 32 bits funcionando a 7Mhz, 512KB de RAM (ampliables a 8MB), interfaz gráfica y multitarea (algo que los usuarios de IBM PC conocerían recién en 1991 gracias a Linux). Todo esto por solo 1295 dólares, la tercera parte del costo de un “IBM AT”. El secreto de Amiga estaba en los tres chips de soporte creados especialmente por Jay Miner. El chip de vídeo era capaz de manejar 32 colores (de una paleta de 4096) con una resolución de 320×200, que podían mejorarse aprovechando características poco documentadas  de estos chips.  Poseía aceleración de vídeo por hardware (copiar bloques, dibujar líneas y rellenar sólidos).  Todo esto en una época que el mundo del PC utilizaba casi exclusivamente monitores de fósforo verde. El siguiente vídeo compara juegos de la época en plataforma “PC” y “Amiga”. No tiene desperdicio.

En cuanto al sonido, presente en los IBM compatibles mediante un pequeño parlante capaz de hacer poco más que “beep”, el Amiga disponía cuatro vías de sonidos digitalizados en estéreo (dos por canal), que funcionaban de forma totalmente independiente del procesador, incluso accediendo a la RAM por sus propios medios. Esto le permitía proporcionar música de calidad y efectos de sonido a los videojuegos sin sacrificar velocidad.

Aún hoy muchas empresas dedicadas al tratamiento de imágenes para la TV emplean al Commodore Amiga para subtitular sus producciones. Es que este ordenador se diseñó tomando como base la señal de TV y los modelos Amiga A1200 o A4000, equipados con AGA (Advanced Graphic Architecture), soportaban gráficos de hasta 724×566 píxeles en PAL o 1472×566 píxeles con hasta 256 colores reales. Mediante algunos trucos de programación, como la modificación de la paleta de colores en cada línea de barrido, Amiga puede mostrar 262144 colores de una paleta de 16 millones.

Sí, los efectos de Max Headroom se hacian con Amiga.

Todo esto hizo del Commodore Amiga un ordenador que marcó una época. Aún hoy existen usuarios que cada día encienden su A500 y juegan una partida de su videojuego favorito, y en los sitios de subastas se arman luchas descarnadas por conseguir una de estas máquinas. ¿Eres tú uno de ellos?

Escrito por Ariel Palazzesi

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