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Tácticas contra Internet (y sus defensas)

El mundo de la cultura no encuentra salida para detener la “piratería”. Emplean todo tipo de medidas para tratar de frenar el intercambio de archivos protegidos entre los internautas. Vamos a hacer un repaso general para conocer cuáles son las estrategias que pretenden imponer con la intención de acabar con su problema y los resultados que están obteniendo. También veremos como se defiende Internet de estos abusos.

Desesperación. Frustración. Angustia. Rabia. Esto es lo que siente el entramado encargado de defender los derechos de autor y el obsoleto modelo que los dirige. Hablamos tanto de la industria de contenidos como de los propios gobiernos de los países. Todos quieren acabar con el monstruo. Todos quieren liquidar a este “Skynet” ingobernable en que se ha convertido la Red. Aquellos que ganaban dinero con la intermediación sobre las obras culturales no paran de inventar medidas lo más drásticas posibles para terminar de una vez con su pesadilla.

Mientras tanto, Internet crece con rapidez y se convierte en un sólido representante de los ciudadanos, que por fin poseen un campeón con el que hacerle frente el inmenso poder tanto del estado como de las enormes estructuras comerciales relacionadas con la cultura. La batalla se presenta encarnizada y las armas muy poderosas, tanto por un lado como por otro. Vamos a ver qué estrategias emplean las potencias gubernamentales e industriales contra Internet y los medios defensivos de que dispone ésta última. Y digo Internet porque considero que atacar el intercambio de archivos es atacar la misma esencia de la Red.

A. MEDIDAS EDUCATIVAS

•    1. Campañas publicitarias

El gobierno ha tratado de usar una de las armas más sutiles pero a la vez poderosas de que dispone: el adoctrinamiento. Ha empleado todos los recursos disponibles para intentar convencer a los internautas de que descargar archivos equivale a robar. La televisión, la radio, la prensa y hasta el propio colegio han sido utilizados torticeramente para lobotomizar a los espectadores y convertirlos en personas afines a sus tesis doctrinales ¿Quién no recuerda los anuncios que colocan antes de las películas de un cine en donde se ve un chico robando un coche y, acto seguido, otro bajándose música de Internet?.

También saltó a los medios el triste caso de los niños manipulados incluso por la vicepresidenta del gobierno de España durante una escandalosa charla en un colegio público. La propia SGAE ha colado decenas de panfletos publicitarios tratando de inculcar en los niños que bajar películas y música es de ladrones. Los intentos por asociar robo y descarga no han tenido descanso desde el inicio de la brutal campaña del gobierno contra los internautas que usan programas P2P, sin embargo, no han conseguido el efecto pretendido. Tanto la justicia como los internautas saben muy bien qué es legal y qué no. Y en el caso del intercambio de archivos sin ánimo de lucro, nadie es un ladrón.

Contramedidas de Internet: La Red tiene su propia opinión y lanza veloces campañas para contrarrestar el intento de manipulación. Las redes sociales, como Facebook, Twitter o los propios blogs independientes, reaccionan rápidamente e impiden la tergiversación de la información.

•    2. Infundir miedo

Una variante bastante más agresiva consistió en diseñar campañas publicitarias enfocadas a generar miedo. Los mensajes directos sobre las posibilidades de que te cayera una multa o de que, directamente, fueras a la cárcel, se sucedían en los medios de masas. Hasta en los cines, antes de la película, advierten amenazadoramente de la posibilidad de que el estado caiga con todo el peso de la ley sobre las maltrechas espaldas del internauta que se atreve a bajar contenidos audiovisuales con derechos de autor. El miedo tampoco funcionó. Los internautas siguen descargando con la misma intensidad que siempre, desafiando los intentos de acongojarlos para que dejen los P2P.

Contramedidas de Internet: La información es poder. Pero las emociones también. Los propios internautas se encargan de espantar los fantasmas proyectados por el lobby de los derechos de autor. Desde sus tribunas virtuales, aclaran con precisión hasta donde llegan las leyes y procuran solventar todas las dudas que les surgen a los integrantes de su Red. Es imposible tapar la boca a los usuarios.

B. MEDIDAS LEGALES

•    1. Canon

En el caso del intercambio de archivos protegidos por derechos de autor los países adoptaron primero la copia privada (el derecho que permite a una persona realizar la copia de una obra para uso privado sin ánimo de lucro). Pero viendo el masivo uso de programas P2P (emule o torrent) decidieron paliar los efectos de la piratería mediante la imposición de un canon, es decir, el pago de una tasa aplicada a diversos medios de grabación y cuya recaudación reciben los autores, editores, productores y artistas, asociados a alguna entidad privada de gestión de derechos de autor, en compensación por las copias que se hacen de sus trabajos en el ámbito privado. El canon se paga en la mayoría de países de la Unión Europea y se encargan de gestionarlo sociedades de autores como la SGAE y sus equivalentes en cada nación.

Contramedidas de Internet: Desde campañas contra en canon, que informan de lo absurdo e injusto del canon hasta los movimientos legales que lo han denunciado ante el tribunal constitucional. El canon ha sido impugnado ante todos los caminos posibles de la ley, incluso recabando 3 millones de firmas y presentándolas en las instancias correspondientes para que acaben con semejante despropósito. También se combate comprando material informático a otros países donde lo tienen, como Portugal.

•    2. Multas
En EEUU las leyes se han endurecido tanto que ya han aparecido casos de ciudadanos que han sido multados con enormes cantidades de dinero y otros, como en Suecia, que han sido sancionados no sólo por descargar, sino por poseer una página de enlaces de archivos, como es el caso de The Pirate Bay. Las multas millonarias asustan a la gente y evitan que se propaguen las ganas de utilizar programas P2P para descargar archivos protegidos, pero las leyes actúan despacio y tienen un coste tan alto, que los denunciantes prefieren emplear sus cartuchos disparando contra grandes “presas”, como el caso de Pablo Soto, denunciado por la vía civil. Se le exigen 13 millones de euros en concepto de indemnización. Las sanciones económicas apenas llegan a materializarse en los juicios. Casi siempre ganan los internautas y quedan exentos de pagar, pero existen países como EEUU donde los magistrados si han fallado contra los usuarios y les han multado con importantes sumas de dinero. En Europa apenas han llegado a imponerse.

Contramedidas de Internet: Los internautas se vuelcan con sus congéneres de manera solidaria y organizan sistemas de recaudación para pagar las multas de los ajusticiados. La rapidez de propagación y organización que posee la Red, hace posible que en pocos días, una persona llegue a recibir incluso más dinero del que lo costó la propia multa.

•    3. Cárcel
La coacción jurídica posee un gran poder disuasorio pero por otro lado, no puede extender mucho sus garras porque rápidamente colisiona con derechos fundamentales del ciudadano. Los gobernantes se encuentran una línea roja que evitan cruzar, so pena de que machaquen tanto a las masas que se produzca una revuelta social. Parece muy desproporcionado que una persona vaya a prisión sólo por el hecho de intercambiar archivos con otras personas y eso lo saben desde el poder legislativo. En España, el intercambio de archivos sin ánimo de lucro no se considera delito. Así lo han verificado multitud de sentencias judiciales que garantizan lo dictado en el artículo 270 del Código Penal. Por tanto, las medidas legales, por ahora, no han conseguido asustar a los internautas ni frenar lo más mínimo los deseos de intercambiar archivos de los usuarios.

Contramedidas de Internet: Por ahora, no existe ningún caso firme donde ningún ciudadano haya ido a parar a la cárcel. Pero dado el caso, imaginamos que la manera que tendrá Internet de defenderse será organizando manifestaciones y haciendo mucho ruido en los medios de comunicación para que el país comprenda lo desproporcionado de la medida.

C. MEDIDAS TÉCNICAS

•  1. Cortar la conexión

La más infame de las medidas tecnológicas a día de hoy. Aunque necesitará la autorización de un juez, esta medida ha sido aprobada en Francia, que se supone es el país de la libertad. La nueva ley funciona de la siguiente manera: Desde una entidad diseñada y creada para el efecto (Hadopi) avisan al usuario 3 veces de que está descargando material protegido. Si no atiende a las advertencias, el estado obliga al ISP a cortarle la conexión y encima, tiene que seguir pagando la cuota de su ADSL como si estuviera en funcionamiento. El tiempo de castigo puede ir desde varios meses hasta el año. Y además, se incluye al infractor en una lista negra que comparten el resto de ISP para que no pueda darse de alta en otra empresa.

Esta medida representa todo un atentado contra el derecho (ya fundamental) de comunicación mediante Internet. A esto hay que añadirle los enormes costes de implementación (70 millones de euros anuales) y, sobre todo, la cantidad de impedimentos técnicos con los que se enfrentará el Hadopi para saber lo que se está descargando el usuario. Irlanda ha ido más lejos y ha ordenado el bloqueo de las páginas más famosas de intercambio de archivos (The Pirate Bay, por ejemplo). El resto de países de la Unión Europea no ven con buenos ojos estas medidas tan restrictivas y prefieren soluciones más “humanitarias”.

Contramedidas de Internet:  Los usuarios responderán a esta gravísima agresión de dos maneras: por un lado, el cifrado de las conexiones, haciendo imposible saber qué contenidos se está bajando, y por otro, el intento de resaltar lo absurdo y peligroso de esta medida. Sólo con que alguien “robe” la conexión inalámbrica de un vecino, provocará contradicciones en el sistema judicial que intenta dirimir quien está bajando contenidos protegidos. Y no hace falta ser un hacker. Hay mucha gente que mantiene su Wifi sin contraseña.

•  2. Ralentizar la conexión

Las empresas de telecomunicaciones se oponen frontalmente a las desconexiones (por la cuenta que les trae) y ejercen una presión considerable sobre el resto de participantes en esta caza de brujas que se ha convertido el proceso anti-piratería. Su propuesta se basa en bajar la velocidad de los internautas que se estén descargando contenidos con copyright. De esta manera, matan varios pájaros de un tiro. Por un lado, alivian la saturación de sus líneas pero por otro mantienen pagando a los usuarios. El gobierno y las entidades pro-derechos de autor también ganan porque se supone que la reducción de velocidad (que puede ser hasta cero) impedirá a los internautas utilizar los programas como el Emule o el Torrent para descargar películas y canciones.

Esta medida se está convirtiendo en la favorita de la mayoría de los países europeos, que ven con muy buenos ojos las ventajas que ofrece y los pocos inconvenientes que representan para todos. Sólo tiene un “pequeño” problema. Si una sola de las operadoras decide no adherirse  al plan y mantiene su servicio al mismo rendimiento de siempre, arrebatará una masa de clientes a sus competidores que los podrían hacer quebrar. Mientras el estado no legisle y obligue a todas las empresas esta ralentización selectiva, las empresas de telecomunicaciones no se fiarán unas de otras.

Contramedidas de Internet: El método de defensa que poseen los internautas aquí se basa en la presión económica sobre las operadoras. Simplemente cambiarse hacia otra empresa que no restrinja el rendimiento de la línea, desintegrará la cuenta de resultados de las que abusen de esta medida. A ver quien es el guapo que la instaura.

  3. Microcortes en la conexión

Inglaterra está pensando en una tercera vía para instalar puertas al campo. En principio se mostraban favorables al sistema francés de desconectar al tercer aviso, pero finalmente se han echado atrás y han diseñado un “refrito” con lo “mejor” de cada casa. La normativa sobre esta materia -la Digital Britain- que se publicará pronto, contempla medidas restrictivas para los internautas que realicen descargas masivas de archivos pero renunciando al corte permanente de la conexión. Los usuarios que descarguen archivos protegidos por derechos de autor recibirán tres avisos por parte de la autoridad gubernamental encargada del control de Internet y, si ignoran esos avisos, se enfrentarán a sanciones como la reducción de la velocidad de acceso a la red, o desconexiones puntuales (segundo o minutos) con el objeto de interrumpir las descargas.

En definitiva, se trata de amargar al cliente, someterlo a constantes vejaciones tecnológicas y aburrirle hasta que se de por vencido y deje de utilizar su línea para descargar contenidos protegidos. Esta propuesta reúne las ventajas del método galo y las del español: por un lado, hace insoportable la descarga para el usuario y por el otro, es el estado quien obliga a las operadoras a realizar los microcortes y reducciones de velocidad, por tanto, no habrá ningún “Jazztel” salvador al que acogerse cuando empiecen las hostilidades. De todos modos, esta medida se enfrenta al mismo inconveniente que las demás ¿Cómo reconocer el material que se está bajando cada internauta? ¿Que sucederá si lo cifran?

Contramedidas de Internet: Seguramente serán medidas similares a las anteriores. Si no existen alternativas “limpias” pueden hacer dos cosas: O bien se dan de baja completamente en las líneas ADSL o se cambian a una modalidad más barata que no necesite tanta velocidad. Si no se pueden bajar archivos audiovisuales ¿para qué necesitas líneas de banda ancha?.

Coacción, multas, cárcel, miedo, lavado de cerebro, presión mediática, cortes de conexión, bajada de calidad de línea…todo un catálogo de los horrores que tratan de acabar con Internet y la revolución que está propiciando. Todo esto sucede porque la industria de contenidos tiene miedo. Los gobiernos tienen miedo. Los estados tienen miedo. Y cuando una fiera salvaje tiene miedo, se siente acorralada y ataca sin compasión. No sabemos hasta donde serán capaces de llegar en su ansia de controlar a las masas. Sin embargo, la Red permanece desafiante y sigue su marcha hacia el futuro.

La gente ya ha dado muestras de cansancio y no parece dispuesta a tolerar los abusos del gigante cultural. En Suecia, el Partido Pirata acaba de conseguir un escaño en la Eurocámara. Son 200.000 votos que les están lanzando un claro mensaje a los gobiernos. En España, han sido espectaculares las revueltas virtuales que se produjeron con el nombramiento de una ministra, González-Sinde, que representa la máxima parcialidad a favor de los intereses de la industria de contenidos. En otros países también se mueven las protestas bajo la superficie digital que, finalmente, pueden convertirse en un Tsunami.

La industria cultural tiene armas poderosas para atacar a la Red pero ésta, a su vez, también posee un arsenal de destrucción masiva con lo que defenderse (Encriptación, rapidez de organización, poder de convocatoria, representación de un sector muy activo de la población, etc). Los poderes públicos en países avanzados, como Noruega, ya empiezan a darse cuenta. Vegar Solhjell, Ministro de Educación del país nórdico:

“Debemos detener la lucha contra el futuro, algunos se comportan como si pretendiesen reeditar la lucha contra la televisión en color o la campaña contra las cintas de cassette (…) Todas las tecnologías anteriores han desencadenado temores sobre la muerte de los formatos antiguos. Pero la televisión no mató a la radio, la web no mató al libro, y las descargas no van a matar a la música. Al contrario, la web es genial para difundir la música y otros artes. Los artistas pueden hacer llegar su trabajo a mucha más gente, y nosotros podemos acceder a toda la música del mundo cuando queremos. ¡Fantástico! (…) No hay futuro en la lucha contra la disponibilidad de la música en Internet.”

El enfrentamiento entre Internet y el mundo cultural es un auténtico choque de titanes.  Hace pensar en aquella paradoja física que se preguntaba ¿Qué sucedería si se enfrentara una fuerza irresistible a un planeta inamovible?. Pronto lo veremos, pero apuesto a que el progreso derrotará a la rigidez de las posiciones anquilosadas que representa el cadudo modelo de gestión de los derechos de autor. Sin embargo, mucho me temo que esta guerra dejará también muchos cadáveres por el camino.

Escrito por imported_Kir

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