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Abraham Ortelius: El cartógrafo creador del primer Atlas Moderno

Una de las mentes más brillantes en la «Era de los Descubrimientos»

Abraham Ortelius

Los mapas modernos son básicamente una función secundaria en dispositivos electrónicos, con actualizaciones constantes y una notable atención al detalle. Sin embargo, la cartografía vivió una época en la que no dudó al combinar ciencia y fantasía. En otras palabras, era el deseo de obtener una mayor precisión, mezclada con descripciones sobre tierras mágicas y criaturas místicas. En aquella época vivió Abraham Ortelius, maestro cartógrafo y geógrafo por mérito propio, considerado el Padre del Atlas.

Cada vez que cargamos un mapa en nuestros ordenadores o dispositivos móviles, lo que recibimos es una copia eficiente, precisa, fría. Pero esto no siempre fue así. Sólo basta con explorar algunos mapas antiguos para comprobar que la cartografía era vista no sólo como un proceso científico que requería técnicas avanzadas, sino también como una forma de arte, con una estética impecable. La llamada Era de los Descubrimientos dio lugar a una verdadera explosión cartográfica, y un hombre en particular se convirtió en pieza clave para su desarrollo: Abraham Ortelius.


Ortelius, retratado por Peter Paul Rubens

Nacido en Amberes el 14 de abril de 1527, Ortelius no tardó demasiado tiempo en vincularse con el mundo de los mapas. Con apenas 20 años inició su carrera como colorista e ilustrador para la Guilda de San Lucas, pero su «conversión» definitiva a la cartografía sucedió tras conocer a Gerardus Mercator en 1554 (sí, el mismo Mercator de la proyección que todos critican), y viajar con él en más de una ocasión. Ortelius es conocido por haber recorrido buena parte de Europa, y en especial las antiguas «Diecisiete Provincias» de los Países Bajos, sin embargo, la historia le ha dado un lugar de privilegio gracias a la publicación del primer Atlas Moderno.


«Theatrum Orbis Terrarum», antes y después en la cartografía

Varias fuentes indican que la creación del atlas fue sugerencia del propio Mercator, y Ortelius se encargó de darle forma. Con un total de 53 mapas, todos ellos compartiendo el mismo tamaño y estilo, el Theatrum Orbis Terrarum tuvo su primera edición en 1570. Un detalle curioso es que muy pocos de los mapas en el atlas fueron sido creados por Ortelius, y en realidad representan el trabajo de los maestros cartógrafos a los que admiraba. El éxito del atlas alcanzó tal magnitud que debió ser reimpreso cuatro veces en su primer año de publicación. Hacia el año 1612 había alcanzado las 42 ediciones, con traducciones a siete idiomas (latín, inglés, alemán, flamenco, francés, español e italiano).


Las Américas
Los detalles documentados sobre España eran impresionantes

Más allá de la variedad registrada en el atlas, el mapa más popular y conocido es una creación de Ortelius, Typus Orbis Terrarum, que nos enseña el mundo entero, basado en el conocimiento disponible de aquella época sobre los continentes. De hecho, Ortelius fue uno de los primeros (por no decir «el» primero) en imaginar que los continentes habían estado unidos en el pasado lejano, con las Américas «separándose» de Europa y África «por terremotos e inundaciones». Lógicamente, los mapas también poseían un componente especulativo muy grande. Por ejemplo, Typus Orbis Terrarum precede al descubrimiento de Australia, y toda la región sur está identificada como «Terra Australis Nondum Cognita». Dicho de otro modo, los exploradores creían que había algo allí.


«Typus Orbis Terrarum», tal vez el más popular de todo el atlas

Y hablando de especulación, Ortelius no dudó en incluir bestias mitológicas y referencias bíblicas en algunos de sus mapas. Por un lado, esas versiones se vendían mejor, y por el otro, Ortelius supo encontrar un equilibrio aceptable entre la precisión científica que comenzaba a dominar en aquella época, y la estética fantástica que tanto atraía al público.


Islandia, rodeada de criaturas imposibles

Abraham Ortelius partió a tierras desconocidas un 28 de junio de 1598, pero su visión y su talento han resistido al paso del tiempo, inspirando a miles de exploradores.


Fuente: My Modern Met


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Escrito por Lisandro Pardo

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